El acusado, José Ribas Riera, levantado ante el tribunal y custodiado por un agente de la Policía Nacional al inicio del juicio oral. | Toni Escobar

Ayer quedó visto para sentencia el caso de abusos sexuales continuados contra José Ribas Riera. Este ibicenco de 65 años está acusado de abusar de una mujer marroquí que él mismo trajo a España para, en un principio, contraer matrimonio con ella. Cabe recordar que Ribas tiene otra causa pendiente. El pasado mes de mayo se entregó a la policía y confesó haber matado a su sobrino político, Gerardus Johanes Buijus, con tres tiros de escopeta.

El ministerio fiscal pide por dichos abusos sexuales 4 años de prisión y 18.000 euros de indemnización, mientras que la acusación particular pide 12 años de prisión y 40.000 euros por daños y perjuicios.

El mismo acusado inició ayer la ronda de declaraciones. Ribas Riera, que está en prisión por el crimen anteriormente citado, vino escoltado por agentes de la Policía Nacional y tuvo que soportar los abucheos de la tía de la mujer de Buijus, que le esperaba a la entrada de los juzgados: «Asesino, cobarde hijo de puta, ojalá te pudras en la cárcel», chilló. Una vez en la sala, Ribas negó toda acusación de abusos sexuales y explicó que mediante una amiga en común contactó con la mujer marroquí, que en 2008 la fue a ver a Marruecos y le pareció «una buena chica». Ribas explicó que se quería casar con ella en Marruecos pero que debido a su mala experiencia con las mujeres prefirió traerla a España para ver como iba la convivencia: «Mi exmujer me abandonó a mi y a mis tres hijos, me dejó con un bebé de tres meses», sollozó el acusado al recordar este episodio.

Según Ribas la mujer se vino a España con un visado firmado por él mismo y tuvieron una «vida normal de pareja, y era cariñosa conmigo», aseguró, pero se enteró que la mujer que hizo de intermediaria se dedicaba a negocios oscuros de trafico de inmigrantes y decidió retrasar el matrimonio: «Pensé que me habían engañado», dijo. El acusado aseguró que durante ese tiempo «tuvo relaciones completas y consentidas» con su pareja.

Sin embargo la mujer marroquí negó estas declaraciones y relató que en el primer mes «fue bien» pero luego Ribas Riera empezó a abusar de ella e intentó forzarla en varias ocasiones: «Lo hacía cuando volvía borracho a casa, tres o cuatro veces por semana», explicó. La supuesta víctima, que necesitó de intérprete para la declaración, indicó que Ribas sabía que ella quería llegar virgen al matrimonio y aún así «quería tener relaciones conmigo por la fuerza, me pegaba en los pechos y me abría las piernas y yo me defendía como podía». La mujer aseguró, sin embargo, que él nunca consiguió llegar a tener relaciones totalmente completas con ella: «Hubo penetración pero muy poco porque yo le cogía el pene con las manos para frenarlo y siempre se corría encima mío», explicó la supuesta víctima. Explicó que el día antes de irse, él la amenazó con una escopeta y le dijo: «Yo te he traído aquí y puedo hacer lo que quiera contigo», señaló. La mujer marroquí aseguró que cuando decidió irse, el acusado la cogió y la llevó a comisaría pero como no tenía papeles ella se escapó y se fue a casa de la mujer que había hecho de intermediaria y allí se quedó dos meses. El 12 de noviembre de 2008 la policía la detuvo por no tener papeles y le informaron de que podía denunciar aunque no tuviera pasaporte y así lo hizo.