Ayer por la mañana tuvo lugar en la sala del Juzgado de lo Penal 2 de Eivissa la vista oral por la muerte del joven marroquí, Said H. de 26 años, que falleció el 18 de febrero de 2010 electrocutado al pisar, en un día de lluvia, un cable en la zona del párking del Palau de Congressos d’Eivissa, sito en Santa Eulària, donde había instalado un grupo de feriantes.

Los acusados son el técnico de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Santa Eulària, Antonio Tur, y el electricista que en aquel momento trabajaba para Eléctricas Marí, Francisco Cardona. Están acusados de un delito de homicidio imprudente por omisión. La acusación particular, que representa a los familiares del fallecido, pide dos años de prisión para cada uno, una indemnización de 115.000 euros y la inhabilitación del electricista Franciso Cardona.

En el juicio, el técnico municipal, Antonio Tur, aseguró que él propuso la zona urbana donde colocar las caravanas de los feriantes, que éstos le pidieron donde estaban las conexiones eléctricas y habló con la empresa Eléctricas Marí para que indicara a los feriantes los puntos de conexión más cercanos: «Yo no supervisé las instalaciones porque no es mi función. Simplemente les propuse un lugar donde instalarse y luego son ellos –los feriantes– los que han de tramitar la conexión eléctrica», explicó.

Por su parte, el otro acusado, Francisco Cardona, aseguró que hizo lo que le mandó su empresa: «Me dijeron que fuera a enseñar a los feriantes los puntos de conexión de la luz. Les indiqué donde estaba la conexión. Revisé la instalación que tenía un cable quemado y lo cambié y les dije que debían poner una cuadro exterior con sus protecciones porque el cuadro de conexiones no cumplía los requisitos legales», aseguró el electricista. Y tras estos hechos no volvió a saber nada más al respecto, explicó.

Al parecer, al día siguiente fueron los propios feriantes los que conectaron las caravanas a la electricidad, pero ningún testigo supo aclarar qué persona había realizado la conexión con el cuadro eléctrico del Ayuntamiento. Una conexión que según declaró el perito, Javier Colomar, nunca se debía haber hecho: «Nunca hubiera autorizado esa conexión», aseguró, «debería haberse conectado al cuadro de GESA previa autorización de la compañía».

Según el testigo de dos feriantes, manifestaron que nadie les informó de que debían pedir una autorización antes de conectarse al cuadro eléctrico.

En el juicio también declaró un policía local de Santa Eulària que realizó la inspección ocular tras el trágico accidente y dijo que «las conexiones eran un desastre, de principio a fin todo era una chapuza», sentenció.

Por su parte, las defensas de los dos acusados indicaron que quien debería haberse sentado en el banquillo de la acusación son los feriantes que conectaron el cable de manera incorrecta al cuadro municipal y no esperaron que se instalara el cuadro de protección de la instalación. El juicio quedó visto para sentencia.