«Están haciendo un flaco favor a la lucha contra el proxenetismo. Trabajan sucio. Unos explotan a las mujeres. Otros (los taxistas) se llevan unas comisiones de dinero negro y sucio. Y las autoridades miran hacia otro lado». Son palabras del presidente de la Asociación de Clubes de Alterne de Eivissa, Adriano D’Indio.

La noche de Eivissa es un hervidero y la profesión más antigua del mundo está en pie de guerra por lo que entienden una «intromisión ilegal y una competencia desleal».

Los clubes de alterne asociados y la Cooperativa Sealeer, que aglutina a profesionales del sexo asociadas, denuncian que muchos taxistas trasladan a los turistas que buscan sexo a viviendas privadas o establecimientos que no cumplen la ley.

«Se llevan mordidas de 40 euros por el primer cliente y 20 por los siguientes. Un coche con cuatro hombres son 100 euros de beneficios netos. Nos están haciendo un daño enorme porque encima nos hacen una publicidad que es falsa», lamenta D’Indio, quien lleva 27 años, más de la mitad de su vida, gestionado clubes de alterne en Alemania, Holanda y ahora en Eivissa.

El presidente de Asociación de Clubes de Alterne explica a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que en Vila y Sant Josep «existen establecimientos que no cumplen ningún tipo de norma. Las chicas son explotadas. Se venden bebidas sin ningún tipo de licencia. Y además utilizan como conseguidores a taxistas y porteros de discotecas».

Ante esta tesitura, D’Indio reclama que las autoridades tomen cartas en el asunto. «Nosotros tenemos identificados varios taxistas que hablan mal de los clubes asociados y llevan clientes a los chalets donde se ejerce la prostitución sucia, la que explota a la mujer».

La presidenta de la Cooperativa de profesionales del sexo Sealeer, Patricia Ferrer, abunda en esta cuestión. Ferrer insiste en la necesidad de luchar contra el proxenetismo y proteger a la mujer.

Condiciones legales

D’Indio y Ferrer hacen hincapié en que en los locales asociados las profesionales están dadas de alta en el Régimen de Trabajadores por cuenta propia de la Seguridad Social y tienen tarjeta sanitaria.

«Yo mantengo al día de pagos un negocio que da trabajo a 40 personas pero no sé cuánto tiempo voy a poder mantenerlo abierto», subrayó D’Indio, quien añadió que existen tres o cuatro chalets que sirven bebidas sin licencia, están abiertos las 24 horas y las administraciones «miran para otro lado». Apuntó que alguno de estos establecimientos pueden llegar a facturar unos 50.000 euros por semana.
Por su parte, Patricia Ferrer reclama a las distintas administraciones una «colaboración mutua» para combatir tanto la oferta ilegal, el proxenetismo y la trata de mujeres como la «piratería de los taxis, legales o ilegales. Este tipo de prácticas podrían considerarse como rufianismo y son un delito ya que se benefician y lucran del proxenetismo».

Ferrer criticó la «doble moral» de los taxistas que «montan una cruzada contra los taxistas piratas y ellos están haciendo algo similar contra nosotros».

En este sentido añadió que los taxistas que «cobran estas mordidas se pueden enfrentar a sanciones económicas por parte de Hacienda, ya que están consiguiendo pingües beneficios que no declaran y que consiguen de una manera ilegal».

Ferrer destacó los logros conseguidos a través de la Cooperativa como la inclusión de un epígrafe en el régimen de la Seguridad Social para «otros servicios».

«Lo más importante es combatir el proxenetismo, tanto el que se ejerce en clubes ilegales como el que se está dando a través de la oferta de lujo en la isla».

Proxenetismo de lujo

La Cooperativa Sealeer y la Asociación de Clubes de Alterne de Eivissa tienen otro frente abierto «más importante que la lucha contra los taxistas, combatir el proxenetismo que envuelve el lujo de la isla».

«El pago de comisiones está afectando al 80% de la caja de los clubes asociados», apunta Adriano D’Indio, quien añade que la «limpia versión de la prostitución está en jaque y si nadie hace nada, cerraremos y eso conllevará más problemas, con más chicas en la calle».

Al respecto, reclaman medidas efectivas y urgentes contra la situación que se está dando en zonas como la Avenida 8 d’Agost y el Paseo Juan Carlos I.

Patricia Ferrer explica que «cualquier noche se dan cita en la zona más de un centenar de chicas que son controladas en todo momento por sus explotadores, que les sacan el 50% de lo que ganan».

Recuerda que en países como Alemania la prostitución callejera está prohibida y hace un llamamiento para que las autoridades de la isla «se impliquen y pongan orden».