Dani Ripoll, un joven vecino de Sant Rafel víctima de dos asaltos a su vivienda en cuestión de dos meses, pondrá en marcha una recogida de firmas para solicitar al Consell de Eivissa más seguridad en la isla ya que «no podemos seguir viviendo con esta sensación de miedo para unos e impunidad para otros».

«Es mucha rabia la que acumulas. Mi madre hasta hace unos días todavía estaba nerviosa, con temor. Te sientes mal en tu propia casa, el sitio donde ha vivido toda la familia y ha pasado de herencia en herencia. Piensas que eso sólo le pasa a otros hasta que te toca», así narró Dani la sensación que se vive después de dos robos a la casa donde vive junto a su madre, Catalina, en el camino des Fumeral.

Ante esta situación, este joven de 26 años se dirigirá en los próximos días a la asociación de vecinos de Sant Rafel para presentarles su iniciativa «ya que somos muchos los vecinos que hemos sufrido un robo este verano». Su objetivo es que se sumen vecinos de todos los municipios «porque este verano yo he tenido noticias de muchos robos aquí, pero también en Es Cubells, en Es Canar...».
Dani sospecha que los autores de los robos a su casa son los mismos, ya que en los dos casos entraron un viernes por la noche aprovechando que no había nadie. «Estaban vigilando y cuando vieron partir a mi madre, entraron forzando una ventana».

«La primera vez fue un trabajo sencillo. No tuvieron que buscar mucho para encontrar el dinero que tenía en casa y unas joyas de mi madre», apuntó Dani, quien añadió que la segunda vez «ya pusieron la casa patas arriba porque no encontraron lo que buscaban». Los ladrones vaciaron todos los muebles y se llevaron un ordenador portátil. «Las dos veces me han dolido mucho. El dinero era muchísimo pero, al final, el dinero es dinero. El robo del ordenador también conlleva perder muchos recuerdos porque tenía fotos de toda mi vida», lamentó.
Dani explicó que las dos veces que entraron fue su madre la que llegó primero a casa y «se encontró el desastre. Recuerdo que estaba trabajando y me encontré 18 llamadas perdidas de mi madre. Ella todavía tiene miedo», apuntó. Aquel día entraron en otras dos casas próximas. Harto de esta situación, Dani pedirá más seguridad.