Los agentes de la Policía Local atendieron a los padres que estaban muy nerviosos.

El cierre automático de un vehículo fue el origen de un sobresalto mayúsculo ayer para unos padres en Eivissa. Pasaban unos minutos de las 14 horas cuando el 112 recibía una llamada alertando de que un bebé se había quedado encerrado en un vehículo. La madre, accidentalmente, había cerrado el coche y en su interior , en una sillita, se encontraba su bebé de unos tres meses.

Los hechos se desarrollaron en un aparcamiento de la calle Pare Josep Manxarell, lugar donde habría parado para realizar unas compras.

Según apuntaron testigos presenciales, tras cargar algo en el maletero, la mujer se dispuso a abrir el vehículo Range Rover pero ahí empezó el problema que minutos después se convirtió en momentos de angustia.

Ante la imposibilidad de abrir alertaron al 112 pero las gestiones «se complicaron» y mientras tanto el bebé permanecía en el interior del vehículo en pleno mediodía y en una zona que no estaba protegida del sol.

Tensa espera

Los minutos fueron pasando y entre los presentes fue creciendo el nerviosismo ya que las temperaturas eran bastante elevadas, especialmente para un bebé.

Poco antes de que los agentes de la Policía Local llegasen, un hombre rompió la ventanilla porque «el tiempo apremiaba». Segundos después llegó una patrulla motorizada que acababa de recibir el aviso.

Hasta el lugar de los hechos también se había desplazado una ambulancia del 061 que había sido reclamada para atender una posible emergencia. Los efectivos sanitarios desplazados procedieron a evaluar el estado del pequeño que, según las fuentes consultadas, presentaba primeros síntomas de deshidratación.

La secuencia de los hechos causó cierto nerviosismo entre las personas que se encontraban en el polígono y presenciaron la situación. Un mal trago que se resolvió con la acción de los agentes y la apertura del coche.