La sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 18 años de prisión a una mujer que asfixió con una almohada a su hijo de cinco años tras drogarlo para que se quedara dormido. Durante el juicio, la mujer confesó los hechos pero indicó que lo había hecho porque quería separar al menor de su pareja.

La sentencia, dictada tras un veredicto de culpabilidad de un jurado popular, la considera autora de un delito de asesinato y aprecia la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de alteración psíquica, ya que el jurado consideró probado que la mujer presentaba una sintomatología ansioso-depresiva que pudo comprometer ligeramente la capacidad de voluntariedad en el curso de los hechos.

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La condenada deberá indemnizar con 100.000 euros al progenitor del niño, y con 10.000 euros a cada uno de sus cuatro hermanastros, hijos de padre del pequeño asesinado.

Según el relato de hechos probados, la mujer asesinó a su hijo, de cinco años, en mayo del 2015 en la vivienda donde residía la familia en Almàssera, cuando su marido y padre del menor salió a trabajar. La condenada le suministró un fármaco al niño y, una vez dormido, le colocó un almohadón en la cara para taparle las vías respiratorias, y presionó hasta que murió por asfixia.

Posteriormente, la madre, de 38 años y natural de Nicaragua, se autolesionó, se tumbó en la cama y colocó el cuerpo de su hijo sobre ella. Cuando el padre volvió de trabajar, llevó al niño hasta el centro de salud del municipio, donde ingresó cadáver.