El manuscrito de Marussia, ambientado en la corte del último zar de Rusia, Nicolás II, no vio la luz antes porque su sobrino Jorge Orloff, encargado de custodiarlo, en realidad no era hijo de la hermana de Marussia. Algo que vivió como una tragedia familiar dados los tiempos que eran. Fue después de su muerte, en 2004, cuando Elena Orloff Paillard, sobrina nieta de la autora del manuscrito e ibicenca de adopción, pudo hacerse con esas páginas que serían el origen de la hoy novela histórica Mazurca en Moscú.

Orloff se encontró con un original escrito en francés antiguo, en ocasiones inconexo que escribía de personas que después olvidaba. Lo tuvo que leer varias veces para comprenderlo y fue entonces cuando esta escritora supo que estaba ante «una historia preciosa y de gran riqueza». Supo que esta novela tenía que ver la luz. «Era como un volcán que no iba a salir de mi cabeza hasta que consiguiera escribirlo», recuerda Elena Orloff.

Familia noble

Entendió entonces la autora de la novela cómo su padre, que había sido abandonado en un portal en plena revolución rusa, no había querido que su historia se conociese, pues eso en la época era sinónimo de deshonra. Fue Marussia la que le aconsejó a su hermana, Elinka Annenkoff, que por aquel entonces había perdido a dos niños y deseaba criar a ese bebé, que se quedara con el niño, pues en plena revolución, si lo entregaba a las autoridades, podría tener mucha peor suerte.

El libro relata la historia de Marussia, una mujer de familia noble y acaudalada que vivió su juventud junto a sus hermanos en un entorno diplomático, con las habituales fiestas y bailes que los zares ofrecían. Explica la amistad de estos hermanos con la familia Romanov y la presentación de Marussia en la alta sociedad rusa. Orloff confiesa que al leer la historia inicialmente no estuvo de acuerdo con muchas de las partes del manuscrito, sobre todo con las que hacían alusión a esa clase aristocrática que vivía en la abundancia y derrochando recursos sin plantearse los sentimientos del resto de la población ni cómo podrían sentirse ante tal realidad. Elena llegó a pensar que su tía Marussia era una especie de persona snob de la época. Sin embargo, relata que conforme ha ido trabajando el texto, ha podido entender la vida de cada una de las personas que aparecen en el libro. Personas que, por otro lado, forman parte de la historia de Rusia y así se pueden encontrar en los referentes históricos.

La novela habla también de cómo la revolución rusa puso fin a esta vida de lujo de Marussia y sus hermanas y de cómo estás, con sus familias, perseguidas sin tregua por los bolcheviques huyeron de su patria y recorrieron distintas capitales europeas hasta recalar en París, donde ya las conoció Elena Orloff.

Presentación

El centro cultural Cervantes de Sant Antoni acogió ayer la presentación Mazurka en Moscú como parte de la programación de actividades realizadas por el Ayuntamiento de Sant Antoni con motivo del Día de la Mujer. La edición aporta fotografías antiguas de los protagonistas rescatadas del álbum familiar.