Muy pendientes del cielo que desde la mañana anunciaba lluvias estuvieron en la cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio que ayer celebró uno de sus actos penitenciales de la Semana Santa, su procesión de la noche del Lunes Santo. A las 20.00 horas comenzaba la misa en la Iglesia de Santo Domingo en Dalt Vila y posteriormente, con permiso del cielo, la procesión de las dos imágenes: El Santísimo Cristo del Cementerio y El Ecce Homo que fueron portados a hombros de sus fieles.

Un año más, se trató de un acto sencillo y recogido de la cofradía en el que desfilaron entre 60 y 80 nazarenos. La procesión se desarrolló como es tradición para El Santísimo Cristo del Cementerio, en riguroso y respetuoso silencio hacia las imágenes. «Somos los que más en silencio vamos, los capataces dan sus órdenes en silencio, nadie habla con la gente y eso es algo que nos identifica», explicó el presidente de la cofradía Sebastián Cardona quien, en el mismo sentido, añadió que «son días de oración y recogimiento en los que vamos acompañando a una imagen. Cada uno profesa la fe como cree, pero nosotros consideramos que son días de acompañar al Cristo rezando. De hecho, en nuestros estatutos está estipulado que ni se puede hablar con la gente, ni saludar a nadie durante las procesiones. Para nosotros no tiene ningún sentidos que durante estos actos se escuchen voces».

El recorrido de esta procesión de Lunes Santo arrancó en la parroquia de Santo Domingo, después pasó por sa Carroca, luego fue hacia el museo y finalmente volvió a subir de nuevo a la parroquia. Para Cardona, «es un itinerario bastante corto y accesible y está así pensado para poder llevar las imágenes por el empedrado de Dalt Vila de un modo más sencillo y también para que la gente lo pueda ver y lo disfrute más ya que así es más vistoso». Y así fue, los devotos no faltaron a su cita para arropar a las imágenes de esta cofradía.