Pocas veces encontraremos alguien que tenga una sonrisa tan contagiosa en Eivissa y Formentera como la que tiene nuestra aspirante a Sardina Negra de esta semana, la educadora social y responsable de Administración de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Ibiza y Formentera (Apneef), Carmen Boned. La entrevista y la sesión de fotografías del jueves por la mañana se convierten en una sucesión de bromas y anécdotas que, incluso, podrían haber sido muchas más si la hubieran dejado meterse en la piscina de bolas que tienen en su sede de la calle Abad y Lasierra de Vila. Aún así, no tiene problema en coger dos muñecos y demostrarnos que de no haber sido educadora social podría haber sido actriz o simplemente recolectora de sonrisas entre pequeños y adultos.

Nacida en 1971 en Sant Antoni, Boned es autodidacta, la encanta estar aprendiendo constantemente cosas nuevas, tiene cientos de aficiones y asegura con una gran sonrisa que su única adicción «son los niños de Apneef», asociación en la que entró en 2008. En este tiempo esta mujer que de niña «era un torbellino de pelo rizado que no paraba de hablar» se ha convertido, junto a Susi Fresneda y Toñi Cardona, presidenta y vicepresidenta respectivamente, en uno de los rostros más reconocibles de una asociación que, desde que se fundó en 1998 se ha convertido en un referente en nuestra isla gracias a sus calendarios, sus fiestas solidarias, sus actividades de ocio y respiro, sus excursiones en barco y sobre todo, «gracias a sus toneladas de trabajo e ilusión». Dos cosas, estas últimas, que transmite nuestra Sardina Negra de esta semana en cada minuto de esta entrevista.

—Antes de conocerla, hace ya muchos años, en Cala Bassa cuando en Apneef presentaron que la playa era accesible para personas con necesidades especiales, me dijeron que usted era una de las sonrisas más contagiosas de las Pitiüses y es verdad. Nada ha cambiado con los años. ¿Cuál es su secreto?

—(risas). Muchas gracias. Pienso que la clave es ser feliz con lo que haces y que te guste lo que vives en tu día a día.

—Pero usted trabaja con personas con necesidades especiales, un campo que no es muy sencillo precisamente...

—Sí pero ellos son los que también me ayudan a ser así. Ellos y toda la gente que trabaja en Apneef y que hace que esta profesión sea tan bonita. Y es que para mí no hay nada más bonito que ver feliz y sonriendo a un usuario de nuestra asociación o de cualquiera que trabaje con chicos y familias como las nuestras.

—¿Cómo han conseguido que una asociación con un nombre tan largo y complicado como la suya se haya convertido en un referente?

—(risas). Bueno gracias al esfuerzo de mucha gente. Tenga en cuenta que Apneef se creó en el año 1998 con el objetivo de favorecer el desarrollo y evolución de los niños y adolescentes con necesidades especiales y buscando aumentar su calidad de vida e integración en la sociedad. En todos estos años ha trabajado mucha gente como por ejemplo Susi o Toñi, la vicepresidenta, toda una madre coraje.

—Ella sí que es un ejemplo...

—No se lo puede imaginar. Fue una de las impulsoras de la asociación, se formó en psicomotricidad para poder ayudar más, pero lo que es mejor, siempre nos transmite una gran energía y un gran positivismo a todos. Es una persona increíble que está dándonos constantemente lecciones de vida.

—Los que las conocen a ambas dicen que son como la noche y el día...

—(risas). Sí. Y es genial. Creo que por eso nos compenetramos tan bien y nos lo pasamos tan bien. Cuando ella dice blanco yo negro y al revés, pero al final siempre llegamos a un acuerdo por el bien de este proyecto, de los usuarios y sus familias. Y creo que eso también repercute en lo bien que funciona Apneef.

—También me han dicho de usted que no para. Qué es un torbellino.

—La verdad que sí. Me encanta disfrutar de la vida y siempre estoy haciendo mil cosas. Creo que con esta vida no voy a tener bastante. Y no se crea, hay veces que también envidio a todos aquellos que sólo tienen una afición.

—¿Y cuáles son las suyas?

—Buff. Pues me encanta el taichí aunque ahora ya hace tiempo que no tengo tiempo para practicarlo. También me gusta mucho todo lo que tiene que ver con la naturaleza, caminar, ir en bicicleta, el nordic walking e incluso el padel surf. Ya ve, no paro. Ah, y me encanta estar siempre aprendiendo cosas.

—Madre mía. Vaya energía. ¿Y cómo lo hace para compaginar con todos los eventos que organizan desde Apneef?

—Pues con energía, ilusión y ganas de conseguir el objetivo de que todas las personas con necesidades especiales puedan tener una vida digna. Soy de las que siempre digo que si se quiere se puede y ellos tienen los mismos derechos que cualquiera de nosotros porque al fin y al cabo son iguales.

—Pero dígame la verdad. ¿No es un poco estresante tanta actividad? Porque no paran...

—(risas). En ocasiones si, no se lo se voy a negar. Sobre todo porque somos una asociación pequeñita en la que todos hacemos de todos y al final es mucho trabajo. Pero bueno, como le dije antes, todo se ve recompensado cuando ves a uno de nuestros usuarios sonreír y feliz. Además, yo soy de las que mejor me lo paso cuando estoy en una fiesta (risas).

—La fiesta de Pacha es una de las más conocidas. ¿Cómo nació aquella idea?

—Pues gracias a Alba Pau, la dueña del restaurante Can Pau y nuestra madrina. Cuando se cumplieron diez años de la fundación de Apneef se propuso hacer algo especial y ella que tenía muchos contactos se lo dijo a Ricardo Urgell a quien le encantó la idea. Y mira ahora, es un clásico de nuestra asociación.

—Como el calendario con los famosos. Eso también es un referente.

—La verdad que sí. Es una de las cosas por las que más nos conoce la gente, sobre todo porque han posado multitud de rostros conocidos y todos ellos de forma desinteresada y armándose de paciencia. Algún año tendremos que hacer un libro con todas las anécdotas que hemos vivido con ellos.

—¿Y para cuando uno con periodistas de la isla?

—(risas) Sería genial. Una idea muy interesante. Se lo diremos a quien lo lleva, que es Alba Pau para que lo tenga en cuenta (risas)

—A pesar de los famosos, creo sinceramente que lo más bonito es convertir en protagonistas a los usuarios de Apneef...

—Por supuesto. A ellos les encanta posar como si fueran modelos. E incluso, después de tanto tiempo los que no salen se llevan un gran disgusto como pasó el año pasado cuando se contó con algunos chicos de Formentera. Afortunadamente, Adrián, Yulia, Jennifer, Marina, Carlos y Marcos luego viajaron en marzo a Madrid para participar en un evento de Maserati gestionado por Alba Pau. Y fue impresionante porque algunos de ellos no habían salido nunca de la isla, otros no se había puesto nunca una americana y ninguno había estado tan cerca de un famoso como aquel día cuando conocieron a Nieves Álvarez o a Samantha Vallejo-Nájera. Ya ves, el destino. Cuando parece que una puerta se cierra inmediatamente otra se abre.

—Me imagino que todo esto es muy importante porque les ayuda a tener más fondos económicos para todos sus proyectos.

—La verdad que sí. Afortunadamente nuestra situación ha ido mejorando paulatinamente gracias a las aportaciones de las familias de nuestros usuarios y de las ayudas que recibimos. Ahora nuestro objetivo es no depender íntegramente de todos estos eventos que llamamos de beneficencia para poder mantenernos y poder destinar íntegramente ese dinero para material que necesitamos para seguir con las actividades que impartimos y para cursos de formación de nuestros profesionales.

—¿Su futuro pasa por adaptar el viejo hospital Can Misses?

—Será un gran apoyo la verdad. Estamos muy ilusionados con la idea aunque también hará falta dinero e inversión para equiparlo como se merecen todos nuestras familias. De todos modos, mientras eso llega, ahora con lo que realmente estamos ilusionados es con poder hacer un viaje con el mayor número de usuarios posibles a Port Aventura. Estamos removiendo toda Eivissa porque creemos que será algo inolvidable para todos los que participen.

—Si ya han conseguido que hagan excursiones en barco...

—(risas). La verdad que sí. Este era otro proyecto que parecía imposible y al final lo hemos conseguido. Y no es fácil porque entre unas cosas y otras nos movemos unas 70 personas. Eso es lo más bonito de este trabajo, el ver que con esfuerzo e ilusión se puede ir logrando hacer que la vida de todas estas personas sea mucho mejor.

PEQUEÑA BIOGRAFÍA*

Carmen Boned nació en Sant Antoni en el año 1971. Casada y madre de dos hijos, Marc y Andreu.

Forma parte de la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa y Formentera (Apneef) desde el año 2008 donde actualmente ejerce el puesto de educadora social y responsable del departamento de administración.

Es diplomada en Educación Social por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y se colegió con el número 1157 por el Colegio de Educadores Sociales de Balears. Actualmente, cursa el Grado de Psicología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia y los estudios de Técnico Administrativo.

APNEEF

EL TEST

Un libro

Voces del desierto, de la médico y escritora norteamericana Marlo Morgan. También me encantó La enfermedad como camino, de Rüdiger Dahlke y Thorwald Dethlefsen

Una película

Forrest Gump

Una serie

No veo mucho la televisión pero me río muchísimo con La que se avecina

Un grupo o un cantante

Coldplay

Un color

Naranja

Un plato de cocina

Una buena paella

Un deporte

Caminar

Un lugar de la isla donde perderse

Para disfrutar no necesito más que una playa tranquila. Eso sí, antes de que llegue el verano

Un viaje que nunca olvidará

El tiempo en el que estuve viviendo en Inglaterra sola y sin padres

Una manía

Soy muy organizada y muy exigente

Un defecto

Soy muy cabezona

Una virtud

La empatía

Un sueño por cumplir

Viajar más

Alguien a quien admire

A mi padre

LA PREGUNTA

-¿Por qué decidió entrar en la Asociación de Personas con Necesidades de Eivissa y Formentera?

-Bueno, fue un poco por necesidad. La asociación me ayudó muchísimo en su día con mi hijo, cuando realmente yo más lo necesitaba, y después yo me he volcado en devolver esa ayuda que recibí. Y eso es algo que intento transmitir a todas las familias que vienen aquí por primera vez. Trato de decirles que aunque parezca que la vida es dura siempre hay algo por lo que luchar y por lo que sonreír. Al final la vida, con sus pros y sus contras, se puede disfrutar.