Con motivo de la inminente celebración del Día de Todos los Santos, el programa de actividades y dinamización ciudadana Feim Barri, que promueve el Ayuntamiento de Vila, se ha vuelto a echar a las calles para fomentar la convivencia de los vecinos, el uso de los espacios públicos de manera lúdica y para disfrutar de las tradiciones y de las costumbres que son típicas en Ibiza en estas señaladas fechas. Con estas premisas, la primera parada de la segunda temporada de Feim Barri recaló ayer en el barrio de Puig des Molins, donde se organizó una animada y divertida jornada familiar que puso en valor para los ciudadanos los espacios aledaños a su antigua necrópolis.

A lo largo de todo el día, vecinos y visitantes de todas las edades tuvieron la oportunidad de saciar su curiosidad visitando las tumbas de la necrópolis y la ocasión de participar en un extenso programa de actividades lúdicas, didácticas, culturales y recreativas con las que entretenerse. Para el público infantil se organizaron talleres de dibujo, de manualidades, de elaboración de panellets, trencadas de frutos secos, de rosarios de golosinas o de maquillaje de terror, dada la cercanía de Halloween.

En este sentido, Carmen Bonet, concejala de Participación Ciudadana de Vila, especificó que «la segunda edición del programa Feim Barri que inauguramos aquí en Puig des Molins se va a desarrollar hasta el próximo mes de mayo. Se trata de una iniciativa que tiene bastante éxito entre los vecinos, por lo que dada la proximidad del Día de Todos los Santos, hemos pensado que qué mejor idea que celebrar esta fiesta en la necrópolis de Puig des Molins». Y añadió que «ya que para nuestros antepasados fenicios este lugar era una ciudad de los muertos, nosotros les rendimos así un homenaje y ponemos en valor este maravilloso patrimonio que tiene la ciudad haciendo una celebración para disfrutar de nuestras tradiciones típicas».

Silvia Bonet, una vecina del barrio de Es Pratet que disfrutaba con su hija Ana, de 4 años, en el taller de panellets, indicó que «estas actividades son fantásticas porque todo lo que sea unir a la gente del barrio y a las familias en torno a nuestras tradiciones está genial para los niños».

Por su parte, una atareada Luna García, de 9 años de edad, manifestó que «a mí lo que más me gusta es hacer las bolas con la masa de los panellets. Está muy divertido y, después, te puedes llevar para casa los que hayas hecho».
Juanjo Torres, voluntario de la organización, mientras se afanaba torrando las piñas para que los más pequeños aprendieran a extraer los piñones de la trencada, bromeó al asegurar que «creo que tenemos entre 30 y 40 kilos de piñas para tostar y sacar lo piñones. Todo lo que sea involucrar a los niños para que conozcan nuestras tradiciones y la cultura de nuestros mayores es algo fabuloso».

La jornada en Puig des Molins continuó para las familias durante toda la tarde, pero ya al caer la noche se recomendó que no hubiera público infantil porque se celebró una terrorífica fiesta cargada de sorpresas para los adultos asistentes.