La titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la magistrada Martina Rodríguez, dejó ayer vista para sentencia la causa de dos magrebís que en la madrugada del día 11 fueron detenidos por la Policía Local de Sant Antoni como sospechosos de robar a los turistas de esta localidad tras bromear con ellos e invitarlos a simular luchas. El fiscal pidió para ambos dos años de prisión substituibles por la expulsión del territorio nacional.

El arresto de ambos precisamente se produjo después de que una pareja de holandeses, a la que supuestamente acababan de robar una cámara de fotos tras hacerle una llave al hombre y desiquilibrarlo para que cayera al suelo, se encontrara con una patrulla e identificara en las inmediaciones a los sospechosos.

Según las investigaciones policiales llevadas a acabo por este caso, los dos acusados se plantaban delante de las víctimas y uno de ellos hacía tareas de vigilancia mientras que el otro hacía que boxeaba con uno de ellos o le preguntaba, haciendo poses, si conocían el «karate marroquí».

Al descuido

Uno de los acusados reconoció plenamente haber sustraído la cámara que se le intervino. Sin embargo, se defendió asegurando que no había actuado con violencia y que lo único que había hecho era sustraer al descuido dicho efecto sin que las víctimas se dieran cuenta. Éste, además, exculpó a su compañero y afirmó que éste le estaba esperando en un restaurante de comida rápida cuando se hizo con las cámara.

Pese a esta afirmación, los agentes y los afectados relataron que los dos sospechosos actuaron conjuntamente y que ambos individuos se repartieron las tareas en el suceso que motivó su detención.