Cerca de una veintena vehículos estacionados en las inmediaciones quedaron destruidos. Al cierre de esta edición, el fuego avanzaba sin control en un perímetro de 50 hectáreas, al parecer en dirección a Sant Miquel, después de haber arrasado oficialmente una extensión próxima a las 20 hectáreas y tras haberse logrado con éxito la evacuación de más de mil personas (entre 700 y 1.500, según distintas fuentes). El 061 atendió a dos personas por quemaduras y una por crisis de ansiedad. Un individuo fue detenido, al parecer, al negarse a seguir las indicaciones de la Guardia Civil y terminar insultando y resistiéndose a los agentes.

Éste es el fuego forestal más grave que ha tenido lugar este año en Balears. En todas las Islas se habían contabilizado hasta la fecha un total de 13 hectáreas quemadas, cifra que todas las fuentes coinciden en señalar que podría incluso, triplicarse, con el incendio de Benirràs. Dos hipótesis sin confirmar se barajaban ayer como causa del incendio: la más fiable, la de que un fallo técnico en un vehículo inicio elfuego que prendió en la vegetación de un barranco tras una explosión y la de una colilla mal apagada.

El 112 recibió una avalancha de llamadas durante los primeros instantes. A las seis de la tarde se comenzó a evacuar por mar a los afectados y una hora después, tras ponerse coto a las llamas en los accesos a la playa, se montó un dispositivo, con la ayuda de Protección Civil, para que las personas que esperaban acontecimientos pudieran abandonar en sus vehículos, ordenadamente y en fila, la playa.
Los primeros indicios apuntaban que éste se inició en una zona boscosa situada tras el restaurante Roca y Mar, a menos de un kilómetro de la playa.


Dispositivo
La Guardia Civil controló enseguida los accesos a la zona tras activarse el nivel 1 del Plan Infobal con la intervención de la Direcció General d'Emergències. Bomberos del Parque Insular y del Ibanat, apoyados por los medios aéreos, se trasladaron rápidamente a las zonas de mayor riesgo para combatir las llamas.

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Incertidumbre
El temor y la incertidumbre fueron especialmente notables cuando los visitantes vieron cerca las llamas y comenzaron a escucharse detonaciones después de que el fuego hiciera explotar los neumáticos de coches que había estacionados junto a las zonas de arbolado que se vieron afectadas, próximas a la carretera de entrada a este paraje. Al menos una veintena coches quedaron calcinados tras ser presas de las llamas.

Los bañistas, mientras el humo y las cenizas se adueñaban de la playa, corrieron a refugiarse en la orilla y empapar pareos y toallas , colocándoselas en la boca, para poder respirar, especialmente durante algunos minutos en los que se hizo, incluso, difícil respirar. Los restaurantes del lugar retiraron también las hamacas de la arena y la playa se convirtió en un improvisado aparcamiento donde los coches que pudieron ser retirados de la carretera y de los estacionamientos más próximos a la vegetación y al fuego.

Empleados de este restaurante rápidamente se movilizaron para tomar medidas al darse cuenta de la situación.
De hecho, se extendieron mangueras en el exterior en previsión de que el fuego se aproximara a este sitio.
El fuego se expandió con celeridad sin control hacia zonas donde había casas. Varias fuentes confirmaron que hubo llamas a menos de 50 metros de algunas casas, aunque hubo la fortuna de que el viento sopló en dirección contraria a la mayoría de las viviendas, pero se temía que algunas pudieran haber resultado afectadas.
Durante las primeras horas de noche, y ya con los medios aéreos retirados, el principal foco avanzaba por la ladera derecha de la montaña mientras que existía la esperanza de que el lado izquierdo pudiera ser controlado. Pese a todo, nadie dudaba de que serán necesarias muchas horas para poder considerar que la situación estaba controlada.

Gran despliegue

Tres brigadas de los bomberos del Ibanat destinados Eivissa, así como otras dos desplazadas desde Mallorca, apoyadas por dos tanquetas terrestres, un avión y un helicóptero con base en las Pitiüses combatieron en los primeros instantes las llamas. A estas unidades se unieron también bomberos del Parque Insular. A estos medios se sumaron en las horas siguientes tres helicópteros y tres aviones (dos Airtractor) más desplazados desde Mallorca -incluido un Canadair con base en Pollença-, según informaron fuentes la Conselleria de Medio Ambiente y Movilidad. En total, más de medio centenar de efectivos. El nivel del Plan Infobal se elevó al nivel 2 después de que se hubiera valorado la importancia de lo que estaba ocurriendo. La gravedad del fuego motivó que a dirección del Plan Infobal solicitara a la Delegación del Gobierno en Balears la incorporación a las labores de extinción de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La UME cuenta con base en Valencia pero podía desplazarse con rapidez a Eivissa ya que durante estos días se estaban realizando maniobras en Mallorca. Se esperaban 70 militares y ocho vehículos (15 de ellos llegaron sobre las 22,30 horas y el resto debían hacerlo a las 02,00 de hoy). A su vez, se instaló un puesto avanzado de mando en Eivissa, al asumir el Govern la gestión de las tareas de extinción, desde donde el director general de Interior, Sebastia Amengual, dirigió las operaciones por delegación de la consellera d'Interior, Interior y Justicia, Pilar Costa. Emergències también reunió al grupo de apoyo técnico que preside el director general de Emergències, Jaime Coll. El president Francesc Antich y el conseller de Medi Ambient, Gabriel Vicens, también se desplazaron a la Isla.