Desde ayer al mediodía, unos 40 vecinos de Sant Antoni sufren bastante menos los rigores de la crisis. El sorteo de la Lotería Nacional dejó caer su 'gordo' en el 91.975, número vendido en la administración número 1 de la localidad.
Vicent Tur Marí, responsable de la oficina, explicó que había vendido cuatro series de este número que, en total, dejó 2,4 millones de euros. El premio, explicó, «ha caído en un número al que hay mucha gente abonada, por lo que la mayoría tienen un sólo décimo, a lo sumo dos».
Es decir, los afortunados poseedores de un billete podrán embolsarse unos 60.000 euros por cabeza.
Más de uno pensará que es el justo premio para su fidelidad. «No podría decir cuanto tiempo hace, pero este número lo llevamos vendiendo desde hace más de 10 años y hay mucha gente que lleva desde hace tiempo abonada», apuntó Tur.
Los bombos no dieron su veredicto hasta cerca de la una y media del mediodía, apenas media hora antes del cierre de la administración. «Ha dado tiempo para que vinieran un par de ganadores únicamente. Por eso, hemos sido nosotros mismos los que hemos llamado por teléfono a alguno de los clientes», explicaba el lotero, visiblemente satisfecho por tener que cumplir con esta misión. «Ha sido una alegría, la gente se mostraba muy emocionada por la sorpresa», añadió.
En racha
Marí sabe bien lo que es repartir algunos millones entre sus clientes. El pasado noviembre sellaba un boleto de la Lotería Primitiva que daba a su propietario la nada desdeñable cantidad de 1,4 millones de euros.
No es este el único premio que repartió el pasado año, puesto que a principios de 2009 también vendió otro décimo de la lotería premiado.
«Repartir un premio se nota en que los primeros días viene un poco más de gente, pero luego se olvida, no hace que tengamos más clientes fijos», lamentó el vendedor.