Los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa están en el punto de mira del Sevilla y el CSKA de Moscú, dos equipos que se jugarán esa posibilidad en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán con la ilusión de hacer historia en este torneo.
Los sevillistas sí conocieron lo que es disputar unos cuartos de final de la máxima competición continental, aunque fue en 1958 bajo la denominación de Copa de Europa y quedaron eliminados por el Real Madrid. Ahora, con el nuevo formato de la Liga de Campeones, han participado dos veces con ésta y en la primera quedaron apeados hace dos campañas en los octavos por el Fenerbahce turco en la tanda de lanzamientos desde el punto de penalti.
Ilusión
Por ello, la ilusión es máxima y más después del empate a un tanto que se trajeron los del técnico Manolo Jiménez el pasado 24 de febrero del estadio Luzhnikí moscovita, por lo que el 0-0 inicial favorece hoy al conjunto español. Jiménez, salvo la baja por lesión del lateral derecho francés Abdoulay Konko, cuenta con todos los efectivos de su plantilla para el choque, incluido sus tres delanteros internacionales -Luis Fabiano, Frederic Kanouté y Àlvaro Negredo-, quienes estaban algo mermados por diversas dolencias físicas.
El entrenador andaluz esperará hasta hoy para dar la lista de los dieciocho jugadores que citará para ser inscritos para el partido, ya que quiere conocer hasta última la implicación física y psicológica de todos. Así, el Sevilla podrá disponer de un equipo de garantías para oponerse al CSKA y además con el apoyo de una afición que prácticamente llenará el estadio hispalense en esta importante cita.
El conjunto ruso, por su parte, afronta el partido sin complejos de inferioridad tras demostrar en la ida que pueden plantarle cara al equipo español. Además, llegan con la moral alta tras lograr la victoria en la primera jornada de la liga rusa al derrotar en casa al Amkar por la mínima (1-0), con gol en la prolongación del japonés Heisuke Honda.