Decenas de saharauis residentes en Madrid y simpatizantes se concentraron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en apoyo a la activista saharaui.

Las autoridades marroquíes aprovecharon su visita de ayer a Bruselas para esgrimir su cooperación con la Unión Europea en materia de inmigración y de lucha contra la inseguridad como amenaza ante las peticiones y presiones para que acepte acoger a Haidar. Mientras, desde Marruecos no dudan en jactarse del «fiasco» que ha supuesto la huelga de hambre de Haidar para Argelia y el Frente Polisario, que esperaban el apoyo de España.
El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Taib Fassi Fihri, acusó ayer a Haidar de ser la causante de su situación y de no ser una defensora de los Derechos Humanos, sino una miembro del Frente Polisario. Además, preguntó a España con qué Marruecos quiere construir el futuro, si con el que coopera en materia de inmigración y para combatir la inseguridad o con el que «no quiere ni Magreb ni Europa».
«Hace años que se construye pacientemente esta relación en el sentido del interés recíproco y hemos hecho mucho. Es a esta España a la que me dirijo», agregó el ministro.
Así, recordó que España y Marruecos han hecho «mucho» por construir el futuro y que «cuando hay inmigración es con nosotros con quien habla, con nadie más», o «cuando hay problemas de inseguridad o perspectivas de inversión». «¿Es con ese Marruecos con el que ustedes deben construir el futuro o bien con el que no quiere Magreb y no quiere Europa?», recalcó Fassi Fhiri.
Fiasco
Mientras, desde Marruecos, el presidente del Consejo Real Consultivo para los Asuntos del Sáhara (Corcas, organismo creado por Marruecos), Jalihenna Uld Errachid, se jactaba de que el caso de la activista saharaui Aminetu Haidar supone un «fiasco» para Argelia y el Frente Polisario (grupo que Marruecos considera un apéndice de Argel), que esperaban contar con el apoyo oficial de España.