Maria Angeles Leciñena, coordinadora de Urgencias del hospital Can Misses. | Irene G.Ruiz

Los responsables de Urgencias de los principales hospitales de Baleares advierten de que los saltos entre balcones son un fenómeno sociológico detrás del cual suele estar un cóctel de drogas, alcohol, juventud e imitación con consecuencias irreparables.

Esta práctica de riesgo está provocando en los últimos tiempos «un aumento de la demanda» sanitaria en Baleares, según detalla a EFE la doctora de Urgencias del Hospital Son Dureta, María Alós, que comenta que, actualmente, el 33 por ciento de los ingresados en la UCI con pronóstico muy grave o crítico son «precipitados directos».

Casos de este tipo se producen cada verano «desde hace años», reconoce a EFE la responsable del servicio de Urgencias del Hospital Can Misses de Ibiza, María Angeles Leciñena, que recuerda que el último caso que atendieron fue anoche: en la zona de Playa d'en Bossa, un zaragozano de 25 años se precipitó al vacío desde el balcón de la habitación que tenía alquilada. Ingresó en el hospital con pronóstico reservado.

Solo en el último año, según datos aportados por la Conselleria de Interior, han fallecido nueve personas por caídas desde edificios, si bien en esta cifra se contabilizaban todo tipo de inmuebles, e incluso podría incluir algún suicidio.

«(El cruzar de balcón a balcón o tirarse desde ahí a una piscina) es ya un fenómeno, en el sentido de que en esto hay un cierto mimetismo, es decir hay alguien que empieza y otras personas que lo imitan», responde la ex consellera de Interior del Govern y máxima responsable de Urgencias de Ibiza en una entrevista con EFE.

En el mismo sentido se pronuncia la doctora Alós, que considera que esta práctica de riesgo de saltar de balcón en balcón y sus, a menudo, dramáticas consecuencias son ya un fenómeno sociológico, ligado a una franja de edad determinada, en la que la prudencia o el sentido del miedo es menor.

Lo confirma la doctora Leciñena que explica que los que ingresan con estas características en el Hospital Can Misses son personas que de por sí tienen un bajo sentido del riesgo, fomentado por un contexto de consumo de alcohol y varias drogas.

A veces, «están bajo efectos de alucinaciones», tanto que «pueden llegar a pensar incluso que son capaces de volar», ha apostillado la responsable sanitaria, que en su departamento ha visto de todo.

«Normalmente los casos se dan en este contexto, pero hay algunos que con poco consumo de alcohol y drogas se lanzan porque tienen una baja percepción del riesgo y que tienen maneras extrañas de divertirse», incide Leciñena, que aclara que el perfil es muy concreto: joven extranjero de unos 25 años que ha consumido drogas.

La solución a este problema no es fácil, admite Lecineña, quien apuesta por una actuación conjunta del sector turístico, familia, colegio, amistades, medios de comunicación, etc. Alós ve esta realidad con menos optimismo y cree que no existe la posibilidad de evitar esta práctica por completo.