El Gobierno chino anunció ayer la suspensión de comunicación de alto nivel con Japón en señal de protesta contra Tokio, que este mismo domingo anunciaba la ampliación del período de detención de un marinero chino acusado de chocar su barco contra dos patrulleras guardacostas niponas en aguas disputadas entre ambos países.


El anuncio ha ido acompañado de una dura advertencia de China, que exige a Japón que «libere al capitán de manera incondicional» de esta «detención ilegal e inválida», según la calificó el portavoz del Ministerio de Exteriores, Ma Zhaoxu, quien indicó que «si Japón insiste en cometer un error tras otro, el lado chino adoptará fuertes contramedidas, y las consecuencias las padecerá la parte japonesa». El Gobierno del primer ministro Wen Jiabao mantiene reuniones constante para seguir la evolución de la situación.


Golpeo deliberado


Japón había acusado al capitán chino, Zhan Quixiong, de golpear deliberadamente con su barco a dos patrulleras y, posteriormente, de obstruir la labor de funcionarios públicos cerca del archipiélago del mar de la China Oriental que ambos países reclaman.


China ha exigido la inmediata liberación de Zhan, que lleva bajo custodia desde el pasado 10 de septiembre. Con la ampliación de su detención, cumplirá la totalidad del período máximo de 20 días que establece la Justicia nipona para la detención de un sospechoso sin que se dicten cargos contra él. La decisión de Japón ha «dañado seriamente las relaciones bilaterales chino-japonesas», añadió la televisión estatal china.