La entrevista dio mucho de sí y la artista explicó al presentador que cuando se presentó al cásting de Operación Triunfo dijo alguna que otra mentira. En aquel momento Rosa vivía junto a sus padres y hermanos en el polígono de Almanjáyar, cercano a la ciudad de Granada, pero que a la hora de presentarse aseguró que era de un pueblo llamado Armilla. López cambió su lugar de residencia porque pensaba que le podía perjudicar a la hora de entrar en el concurso.
«Mi padre era un buscavidas. Nuestras vacaciones las pasábamos entre hormigoneras, arena, bloques y ladrillo arreglando casas. Mi padre las compraba, la arreglábamos entre todos y luego la vendía», relató sobre sus orígenes humildes. Pero este no fue el único engaño de la cantante en Operación Triunfo, y es que en el proceso de selección también dijo que «tocaba el piano y que sabía hablar un segundo idioma, inglés». Unas declaraciones que Jordi se tomó con humor: «Me parece que falsificar un currículum es lo más español que hay».
La artista también habló sobre su salud mental y cómo le ha afectado la COVID-19: «Creo que debería volver a ir al psicólogo, antes de la pandemia controlaba un poco más». Y es que aunque cuando salió del concurso fue todo un fenómeno, su música no suena en la radio desde 2004: «El día que suene en cualquier radio será como 'lo he conseguido'. Sería una satisfacción para mí, para mis seguidores, para mi familia, para mi padre».
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