El sentido de la Navidad
Debe ser algo sicosomático. Nos cambian la hora, se hace de noche más pronto, la humedad se nos mete en los huesos, y la sensación de frío se hace patente.
Debe ser algo sicosomático. Nos cambian la hora, se hace de noche más pronto, la humedad se nos mete en los huesos, y la sensación de frío se hace patente.
Yo conocí una vez un perrito que se llamaba blacky, y que murió en friday. O sea sé: que la espichó el pobre animal en viernes.
Últimamente andamos todos un poco alborotados con eso de que instituciones van a dar carta ancha a los alquileres turísticos.
Érase una vez un rey que de comedido y discreto tenía justo lo que atesoraba en riquezas, inmuebles y campos de golf; o séase: una porra, pero que en cambio le encantaba llevar buenos trajes, calzado y corbatas.
Esto no es una novedad: las cabras de Es Vedrà se encuentran en la misma situación en la que se encuentra el personaje de una obra cumbre de Gabriel García Márquez escrita allá por el 61, bajo el título «del Coronel no tiene quien le escriba»,...
Toc toc. - Alguien llama a la puerta de casa- (También pudiera ser ding-dong o mec-mec, pero es que en mi casa aún no puse timbre; así pues: toc-toc, que va que se las pela. ¿Quién es? - Soy yo, responde el tocador, (que en eivissenc, sería el sonador, pero con otra connotación, digamos mas armónica).
Qué tiempos aquellos en los que uno iba al restaurante y le llenaban el plato hasta el borde del mismo o como cuando se llegaba a casa y se las iba dando contra todos los muebles que abarrotaban el espacio a más no poder. Sin embargo ahora, yo no sé qué pasa en estos tiempos en los que parece que prima mas aquello que es menos.
La naturaleza no deja nunca de sorprenderte.
En el principio creó Dios los cielos y la tierra porque estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo.
Corría el 77 por aquella España de pasado rancio y eran fechas en las que emergía lentamente de su letargo con alguna que otra pincelada de color, de vez en cuando aquí y allá.