EFE - BADAJOZ
La selección española buscará hoy rubricar en el Nuevo Vivero de Badajoz su pase automático para la fase final de la Eurocopa del 2000, con el permiso de Chipre, un rival tosco al que los hombres de José Antonio Camacho tienen ganas de revancha y en una jornada donde volverán a actuar juntos Pep Guardiola y Raúl, todo un lujo para rematar la faena.

La admiración mutua que existe entre ambos jugadores y la química que sale a relucir en el campo, invita a presenciar el partido con un aliciente más.
Dice en privado Pep Guardiola que Raúl es de otra galaxia. Afirma el capitán del FC Barcelona que jamás ha visto un futbolista tan inteligente en el área.

La conexión funciona y Pep tiene una teoría: la fragancia y la esencia de lo bueno siempre se vende en un frasco pequeño. Por eso, como son escasas las ocasiones en las que el aficionado puede disfrutar del talento de ambos en un mismo equipo, mejor que sea así, a que por circunstancias del destino ambos vistieran la misma camiseta durante todo el año.

No sería igual. El público, en esta sociedad de abundante consumo futbolístico diario, se cansa de ver todas las semanas las mismas caras, por lo que la aparición de ambos en el mismo vestuario con cuentagotas ayuda a mantener la fascinación. Chipre, la misma selección que hace un año derrotó a España, es el rival a batir y Camacho saldrá con toda la artillería al maltrecho césped del Nuevo Vivero. Se perfilan como titulares Ismael Urzáiz y Julen Guerrero.