Los once jugadores del Barcelona salieron al terreno de juego, pero permanecieron en la banda sin llegar a pisar el césped.

La junta directiva del Barcelona se reunió con carácter extraordinario a las 19.30 horas y decidió lo que todo el mundo sabía, que el partido no se iba a disputar. El Camp Nou se abrió unas dos horas antes del inicio oficial del partido, pero los aledaños estaban prácticamente desiertos. En el norte y en la tribuna se concentraron a lo largo de los minutos los espectadores que decidieron acudir al espectáculo, en total, algo menos de 2.000 socios. El decorado habitual era el de siempre. Controles en los accesos, los medios de comunicación preparados, los servicios y las fuerzas de seguridad presentes, el equipo rival, el Atlético de Madrid, se ejercitaba mientras en el tupido césped barcelonista. A las 20'55 horas, los jugadores de Radomir Antic saltaron al césped y poco después también lo hizo el árbitro, Manuel Díaz Vega.

Los últimos actores en aparecer fueron los diez barcelonistas. Todos se alinearon en la banda, por delante del área técnica propia y sólo cuando Díaz Vega invitó a Guardiola a saltar al campo, el capitán local se decidió, acompañado por el delegado Carlos Naval, a dialogar con el colegiado.

Guardiola informó de que el Barcelona no iba a jugar. La escena fue seguida desde muy cerca por el presidente de la entidad, Josep Lluis Núñez, que abandonó su lugar en el palco, y por los técnicos del equipo barcelonista. Mientras, en el palco Gil y la totalidad de los directivos barcelonistas seguían la pantomima.

Por su parte, el FC Barcelona justificó su posición inflexible de no disputar el partido de vuelta de las semifinales de la Copa, debido a que la entidad catalana no desea «participar en una farsa».

El Barcelona, según ha expuesto el portavoz de la junta directiva del FC Barcelona, Josep Maria Antràs, ha adjuntado al acta del partido un escrito en el que expone los antecedentes y las alegaciones que considera oportunas para defender su posición, la cual ha creado una situación completamente anormal en un partido de fútbol.