Vila y el barrio de la Marina están de enhorabuena. No todos los días una ciudad puede presumir de reinaugurar un viejo teatro que abrió por primera vez en 1899 y cuyo edificio está catalogado como Bien de Interés Cultural. Ahora, con 125 años de historia y tras muchos años de ejecución de una obra de restauración compleja, el nuevo Teatro Pereyra, rejuvenecido y modernizado, renace para volver a hacer disfrutar a los vecinos y visitantes de la ciudad. Este viernes el telón se levantó, las luces se encendieron y el Teatro Pereyra, majestuoso y radiante, abrió sus puertas. En una noche deslumbrante de cultura y celebración, Ibiza vio nacer un nuevo ícono: un teatro que promete ser el epicentro de las artes escénicas en la isla. Esta joya cultural, propiedad del visionario Pedro Matutes Barceló, se erige como un monumento a la excelencia y la pasión por las artes.

TEATRO PEREYRA

La inauguración del Teatro Pereyra no sólo marca un hito en la historia cultural de Ibiza, sino que también refleja el espíritu emprendedor y la visión de su propietario. Este proyecto, concebido y llevado a cabo con una inversión completamente privada, es un testimonio del compromiso de Matutes Barceló con el enriquecimiento cultural de la ciudad de Ibiza. El Teatro Pereyra se erige como un faro de creatividad y expresión artística en la isla. Su arquitectura impresionante y su diseño meticuloso lo convierten en un escenario perfecto para una amplia gama de eventos culturales, desde producciones teatrales y conciertos hasta proyecciones cinematográficas y conferencias. Este espacio versátil está destinado a convertirse en el corazón palpitante de la vida cultural de Ibiza, atrayendo tanto a residentes como a visitantes con su oferta que promete ser diversa y emocionante.

La apertura del Teatro Pereyra es un recordatorio poderoso de los beneficios que pueden surgir cuando la inversión privada se combina con una visión audaz y un compromiso inquebrantable con la cultura. Pedro Matutes Barceló ha demostrado con creces que la pasión y la determinación pueden convertir sueños en realidades tangibles, y el Teatro Pereyra es el testimonio viviente de su dedicación a hacer de Ibiza un lugar más vibrante y culturalmente enriquecedor.

MÉRITOS

No soy yo de elogios ni encomios, ustedes ya me conocen. Pero sí soy persona de dar a cada uno lo suyo, y es de justicia reconocer los méritos de personas que invierten su dinero, arriesgando su patrimonio, para cosas positivas que les trascenderán a ellos y a sus sucesores. El Teatro Pereyra es un regalo valiosísimo para la ciudad de Vila y para la isla entera. Pero, paralelamente, será siempre un monumento majestuoso a la máxima ineptitud política del edil socialista de la ciudad, Rafa Ruiz.

Pedro Matutes es un hombre elegante que, como es normal, evitó manchar su discurso mencionando a un liliputiense político y a un exalcalde pigmeo, como el todavía líder de los socialistas de Vila, que nunca ayudó en nada a hacer realidad el renacimiento del Pereyra. Y, no contento con eso, se dedicó a poner «ridículas trabas a una obra que beneficiaba a todos». Es lo que suelen hacer los seres carentes de la menor visión trascendente y cuya única motivación en la vida, por su naturaleza sectaria, es impedir que quienes no les adulan y les sirven, no puedan llevar adelante sus proyectos, por buenos y positivos que sean para la comunidad.

PALANGANEROS

Rafa Ruiz y sus palanganeros, Elena López, Jordi Salewski y Pep Tur, se esforzaron en torpedear los trabajos de rehabilitación del edificio. La última licencia de obras tardó más de dos años y medio en ser concedida. El acoso, flagrantemente ilegal, llegó al punto de enviar a la Policía Local a hacer inspecciones diariamente. El propio alcalde Rafa Ruiz paraba con su moto todos los días para comprobar los trabajos. Ahora, cada día que pase por delante del Teatro Pereyra, Ruiz sentirá la frustración que produce que un empresario, con su propio capital, su esfuerzo y su determinación, hayan hecho más por la ciudad que lo que hizo él en ocho años al frente del Ayuntamiento.