JENARO LORENTE - TEGELEN
El debate sobre el acierto o no del seleccionador español José Antonio Camacho en el cambio de Cañizares por Molina en el partido ante Eslovenia se ha abierto en la concentración de España, y el propio Cañizares ha salido al paso comprendiendo los sentimientos de su compañero y a la vez respetando la decisión del técnico. El cancerbero valencianista declaró su «tremenda» amistad con Molina el día después de su aparición en el once titular ante Eslovenia y defendió la decisión de Camacho. «El es el técnico y el que tiene que hacer los equipos. La responsabilidad de los jugadores es estar al ciento por ciento para cuando tengamos que salir a jugar», dijo el portero.

A nadie se le escapa que Molina está molesto con el cambio en la portería. El portero del Atlético puede haber cerrado una temporada nefasta con el fallo ante Noruega si Camacho no le ofrece una oportunidad para resarcirse. Al descenso con el Atlético se puede unir la salida de la Eurocopa por la puerta falsa y un futuro incierto. Camacho sorprendió con el cambio. En los entrenamientos previos no se pudo atisbar esa posibilidad y el sentimiento general era de comprensión hacia el rojiblanco, al que le hubiese supuesto una inyección de moral el hecho de repetir en la portería ante los eslovenos.

Molina, al igual que sus compañeros, no se enteró del cambio hasta doce horas antes del partido ante Eslovenia. Para el portero no es suficiente el hecho de que la sustitución estuviese prevista de antemano. Las circunstancias deben cambiar cualquier previsión y Molina merecía un margen de confianza. «Molina y yo somos amigos y siempre intercambiamos palabras, independientemente de quien juegue. Nuestra amistad está por encima del terreno deportivo. El es mi compañero, no mi rival», dijo Cañizares.