Isabel Fernández besa la primera medalla de oro conseguida en Sydney 2000.

AGENCIAS - SYDNEY Las medallas de oro y de bronce de la judoca Isabel Fernández y la nadadora Nina Zhivanévskaya enderezaron el rumbo de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Sydney, que en las dos primeras jornadas apenas había vivido la satisfacción del quinto puesto de Iván Raña en el triatlón. Fernández y Zhivanévskaya alegraron una andadura que hasta ahora no pasaba del tono gris, con más decepciones que éxitos, y estrenaron el medallero de España.

Isabel Fernández se impuso en la categoría de 57 kilos y lo hizo a lo grande, con una victoria en la final sobre la cubana Driulys González, anterior campeona olímpica y mundial. Zhivanévskaya no tenía buenas vibraciones para la final de 100 braza, pero la nadadora de origen ruso respondió a las expectativas con un bronce que le da mucha más moral para los 200, su prueba preferida, e incrementa la del resto del equipo.

La actuación de estas dos deportistas fue lo más destacado de un día positivo para España en Sydney, que comienza a olvidar decepciones como las de Frederik Hviid en los 400 estilos, el equipo de velocidad olímpica en el velódromo, la de María Peláez en los 100 mariposa, y otros judocas de los que se esperaba algo más. A la tercera fue la vencida para la delegación española, cuyas previsiones para los próximos días son optimistas por el gran número de opciones importantes a escalar más posiciones en el medallero. La cara es otra a partir de ahora.