M. TORRES El debut de la pertiguista ibicenca Mar Sánchez en unos Juegos Olímpicos fue de mucha calidad. La actuación de la plusmarquista nacional en la calificación de la pértiga femenina en Sidney puede definirse de excelente dado el nivel con el que tuvo que competir.

Sánchez logró un mejor salto de 4'25 metros y se quedó a cinco centímetros de la final. Sin embargo, su concurso fue impecable y demostró que aún tiene mucho que ofrecer. «Estoy muy contenta porque he saltado bien en mis primeros juegos, pero es una lástima que no haya podido saltar los 4'30 para meterme en la final», explicó.

El concurso empezó con el listón situado a 4 metros, altura que la ibicenca superó a la primera sin demasiados problemas. Lo mismo hizo en la segunda altura que pusieron los jueces, 4'15 metros, que superó con facilidad. La tercera altura que se colocó en el saltímetro del grupo B, donde saltaba Mar, fue 4'25 metros. En esta ocasión Sánchez tuvo más problemas. Sin embargo, tras fallar los dos primeros intentos logró superar los 4'25 en el tercer y último salto, en el que el listón se quedó temblando sobre los soportes del saltímetro.

Con este salto, Sánchez se quedaba a cinco centímetros de su propio récord de España, 4'30 metros, que es la marca que exigía la organización para calificarse para la final, después de bajar la exigencia inicial de 4'40 metros. Mar Sánchez, que saltó 4'30 en Castellón hace un mes, trató de superar esa marca, pero hizo nulo en sus tres intentos. Así terminó un concurso de calidad en el que compitió de forma impecable, dejando de lado la tensión y los nervios de un debut olímpico, algo que sólo se vive cada cuatro años. A pesar de que la clasificación para Sidney había sido recompensa suficiente para ella, la ibicenca demostró, una vez más, que es una gran competidora y respondió con eficacia a lo que exigía la situación.