Efe SEÚL
La selección de Corea del Sur hizo historia ayer al clasificarse para los octavos de final del Mundial en la misma ciudad, Incheon, en la cual el balón comenzó a rodar, de acuerdo a las reglas de fútbol, hace 120 años.

Los hombres de Guus Hiddink alcanzaron en el estadio de Incheon la máxima cota lograda hasta ayer por el fútbol de este país asiático, tras superar 1-0 a Portugal y lograr el primer puesto del Grupo D.

Tras el triunfo ante Portugal más de 600.000 coreanos se reunieron en las calles de Seúl para manifestar su apoyo a su selección, que ayer afrontaba un encuentro ante Portugal decisivo para la clasificación para octavos de final, que se disputará en Incheon, a 40 kilómetros de la capital.

Los aficionados desfilaron por distintas arterias de la ciudad para reagruparse en una de las plazas principales donde estaban instaladas pantallas gigantes para presenciar en directo el encuentro y posteriormente dieron rienda suelta a su alegría, siempre de una forma pacífica y muy educada.

Así, Corea del Sur logró avanzar por primera vez en su historia a los octavos de final de un mundial de fútbol, tras derrotar el viernes 1-0 a un minimizado Portugal que terminó el partido con nueve hombres. La solitaria anotación fue conseguida por Ji-sung Park al minuto 70, haciendo estallar de gozo a la mayoría de los 50.000 aficionados reunidos en el estadio de esta ciudad sudcoreana. Al final de la primera ronda, Corea del Sur se ubicó en el liderato del grupo D del mundial con siete puntos, seguido de EE UU.