José Antonio Diego|PARÍS
Haile Gebreselassie, el rey del fondo mundial durante un decenio, entregó su corona en París a su discípulo Kenenisa Bekele, de 21 años, nuevo campeón mundial de 10.000 metros en una carrera que situó en el podio a los tres corredores etíopes.

Un esprint trepidante de 200 metros llevó al dos veces doble campeón mundial de cross a conseguir en el estadio de Francia una impresionante victoria en 26:49.57 minutos, la mejor marca en la historia de los campeonatos, por delante de Gebreselassie y de otro joven etíope, Sileshi Sihine, de 20 años, que aguantó con ellos hasta la última vuelta.

El keniano Charles Kamathi, que en los Mundiales de Edmonton'01 humilló a un debilitado Gebreselassie y se alzó con el título, se hundió de forma espectacular a 3,6 kilómetros del final y abandonó, víctima del ritmo infernal impuesto por Gebre y Bekele. A 6 vueltas de la meta ya estaban solos los tres etíopes. A 800 metros cedió Sihine y a 200 metros de la llegada Bekele soltó un formidable latigazo. Gebreselassie, en posesión de un mortífero final, daba la impresión de ser un atleta lento en comparación con su heredero.

Kelly White, doble campeona estadounidense de velocidad, sacó partido de la ausencia de su compatriota Marion Jones para proclamarse campeona del mundo de 100 metros con la mejor marca mundial del año (10.85), por delante de su compatriota Torri Edwards (10.93) y de la campeona anterior, la ucraniana Zhanna Block (10.99). Edwards sólo tardó 133 milésimas en abandonar los tacos de salida, frente a las 184 de White, pero ésta tuvo una progresión constante y terminó venciendo por 8 centésimas. Block, verdugo de Marion Jones en Edmonton'01, se mostró radiante con su tercer puesto en 10.99, mientras la favorita, la bahamesa Chandra Sturrup, se quedó a tres centésimas del podio.

La rusa Yelena Nikolayeva, nacida Kutnetsova, demostró que la edad no es un obstáculo insuperable para ganar títulos mundiales. Campeona olímpica de 10 km. en Atlanta'96, hoy con 37 años venció a sus 41 rivales con la mejor marca en la historia de los campeonatos (1h26:52). Nadie, a su edad, ha conseguido un título mundial. Partía con la mejor marca del año (1h26:22) y se fue desde el principio con la irlandesa Gillian O'Sullivan y la italiana Elisabetta Perrone. Esta última, marchando con el termómetro en 20 grados, pagó su osadía con el abandono. La rusa Olimpiada Ivanova, que defendía el título en París, sólo duró seis minutos. La campeona de Europa, que fue descalificada por dopaje en los Mundiales de Atenas'97 tras haber terminado segunda, alegó molestias en los isquiotibiales para abandonar. O'Sullivan no pudo seguir a Nikolayeva a partir del noveno kilómetro, pero encontró en la medalla de plata el justo premio a su trabajo. El bronce fue para la bielorrusa Valentina Tsybulskaya (1h28.10), que fue recogiendo cadáveres al final.

La sueca Carolina Kluft, nueva campeona de Heptatlon, exhibió unos nervios templados, la solidez de los campeones, pese a sus 20 años. Hizo dos nulos en salto de longitud y, bajo la amenaza del cero, dejó un margen de seguridad de 15 centímetros hasta la tabla y se alargó en el último hasta los 6,68 metros. Fue la única prueba en la que no mejoró su marca personal. Kluft batió sus récords en las cuatro pruebas del primer día y fue aumentando sin pausa su ventaja sobre la francesa Eunice Barber, campeona en Sevilla'99, hasta llegar a los 7.001 puntos que la convierten en la tercera atleta del club de los 7.000, después de la estadounidense Jackie Joyner y la rusa Larisa Nikitina.

Los hombres más rápidos del planeta comparecieron para disputar las dos primeras rondas. El estadounidense Maurice Greene, que sólo ha corrido un relevo en los últimos 44 días, pasó sin brillantez mientras su compatriota Tim Montgomery, plusmarquista mundial, hizo su mejor marca del año (10.04) y al pasar entre las cámaras de televisión su compañera sentimental Marion Jones, que trabaja para Eurosport, le hizo una breve entrevista.

El escándalo llegó después. La descalificación del estadounidense Jon Drummond por una salida falsa en la segunda ronda de 100 metros interrumpió primero durante 15 minutos y después por otros 40 los Mundiales debido a su negativa a abandonar la pista.