Sergio Alvarez|SAO PAULO
El español Fernando Alonso (Renault) se proclamó ayer por segundo año consecutivo campeón del mundo de Fórmula Uno tras acabar segundo en el Gran Premio de Brasil, el mismo en el que la temporada pasada se ciñó su primera corona, en una carrera en la que su rival, el alemán Michael Schumacher (Ferrari), perdió todas sus opciones a causa de un pinchazo, aunque consiguió acabar cuarto.

La victoria en la decimoctava y última carrera de la temporada se la apuntó Felipe Massa, compañero de Michael Schumacher. Salió desde la pole position y cruzó primero la línea de meta para convertirse en el primer brasileño que gana el gran premio de su país desde 1993, cuando se impuso Arton Senna al volante de un McLaren-Ford. Se trata de la segunda victoria del suramericano, que este mismo año estrenó su palmarés en el Gran Premio de Turquía.

Problemas
Alonso acabó segundo y el británico Jenson Button (Honda) cerró el podio. En su última carrera en la Fórmula Uno, Michael Schumacher consiguió acabar en la cuarta plaza en una carrera en la que, tras caer a la última plaza, dejó patente que si no hubiera tenido el problema de ayer podría incluso haber ganado la carrera. Su última prueba fue espectacular y en su última vuelta en activo, logró la vuelta más rápida de la carrera.

Alonso llegó al circuito de Interlagos con la necesidad de acabar entre los ocho primeros, siempre y cuando el ganador fuera Michael Schumacher, circunstancia ésta que no estuvo en condiciones de convertirse nunca en una realidad, pese a que el alemán lo intentó hasta el final.

Primero el alemán comenzó desde la décima plaza y segundo sufrió un pinchazo en la rueda trasera izquierda cuando sólo se habían completado ocho vueltas que le retrasó irremisiblemente.

Alejado de todo peligro, el español condujo a la estela del finlandés Kimi Raikkonen (McLaren-Mercedes) y el italiano Jarno Trulli (Toyota). El primero se descolgó en seguida y el segundo tardó poco en abandonar por problemas mecánicos, al igual que su compañero, el alemán Ralf Schumacher.

Por detrás, Michael Schumacher comenzó a ganar rápidamente posiciones. El alemán siguió con su labor de escalar posiciones hasta que en la octava vuelta se acabaron sus esperanzas. Después de adelantar al italiano Giancarlo Fisichella, compañero de equipo de Alonso, recibió un ligero impacto del alerón delantero del coche del transalpino en la rueda trasera izquierda. El neumático se rajó y el piloto de Ferrari tuvo que enfilar el camino de la calle de boxes.

Tras cambiar no sólo la rueda pinchada sino el conjunto entero de neumáticos y repostar, Michael Schumacher se incorporó a la pista en la última posición y con una eternidad de segundos de desventaja por delante. El trabajo se le multiplicó por dos de golpe al alemán.

Nada más conocer el problema de su rival, Alonso, que ya viajaba segundo por detrás de Massa, ya no tenía necesidad de forzar en exceso su mecánica, pero condujo con frialdad e inteligencia, sin asumir riesgos innecesarios. El título era lo único que importaba. Tras su segundo repostaje pudo mantenerse en la segunda plaza.

Pese a todo, Michael Schumacher no se dio por vencido y volvió a la carga para tratar de acabar lo más adelante posible. En una remontada espectacular fue trepando en la tabla de posiciones hasta llegar a situarse en el quinto puesto a falta de siete vueltas para el final. Adelantó de forma espectacular al mismo piloto que le envió a los boxes. Fisichella no aguantó la presión del alemán y acabó sucumbiendo a su empuje con una excursión a la hierba cuando estaba siendo acosado.

Schumacher luego se lanzó a por Raikkonen, al que acabó por superar en una espectacular maniobra a dos vueltas del final. Ya no le quedaba más tiempo para seguir trepando. Consiguió remontar desde la última hasta la cuarta posición final en una carrera espectacular.

Alonso acabó tranquilo en la segunda posición para convertirse, con 25 años, en el más joven piloto de la historia en lograr el segundo título Mundial. Hasta ayer era el propio Michael Scumacher, que ganó su segundo mundial con 26.

Este resultado ha permitido además ganar el Mundial de Constructores por segundo año consecutivo a Renault. Ferrari necesitaba copar las dos primeras plazas en Brasil para impedir el triunfo francés. El también español Pedro de la Rosa se clasificó octavo, cuatro puestos por delante del que ocupó en la parrilla de salida.

El título de Fernando Alonso fue festejado por miles de seguidores que celebraron en Oviedo, su ciudad natal, el éxito de su paisano, al que la retirada de Schumacher aseguran que le deja ahora la pista libre para ganar. Alrededor de 2.000 personas asistieron en el Auditorio Príncipe Felipe de la capital asturiana, el escenario habitual en el que la peña F1 Oviedo sigue las carreras de Alonso desde que este debutara, mientras que cientos de aficionados lo hacían desde el hotel La Gruta y en La Losa.