Un grupo de participantes pasean en bici con su camiseta naranja. Foto: SONIA GAITÁN

Iván Muñoz
El color naranja volvió a inundar ayer las calles de Eivissa para reivindicar el uso de un medio de transporte muy extendido en otras ciudades de Europa pero que en España no termina de verse más alla que como una forma de hacer deporte. Alrededor de 1.800 personas según la organización quisieron disfrutar de la despejada y apacible mañana que ayer brindó la meteorología pitiusa para recorrer la ciudad ataviados con las camisetas del color anteriormente mencionado que se le regalaba a cada uno con la inscripción en la celebración de un nuevo Día del Pedal. A las 11,00 horas se dio la salida desde el bulevard Abel Matutes para que los 1.203 registrados en el circuito de 12 kilómetros iniciaran un paseo que les llevó por los barrios de Figueretes, playa d'en Bossa, Cas Serres y Ca'n Escandell. Había mayores, adultos, jóvenes y niños. Algunos sobre bicicletas de carreras o montaña perfectamente ataviados con maillot y culot como si de una competición se tratara mientras otros acudían con monturas de paseo y ropa sport. Y todos disfrutaron por un día del placer que para los amantes de este deporte supone poder rodar sobre el asfalto urbano sin la amenaza de los motorizados vehículos que en más de una ocasión obligan a dejar para otro momento el manillar y las cadenas.

También hubo miramientos para los más pequeños. 528 niños de menos de 8 años participaron en la versión mini del circuito, que con sólo tres kilómetros les llevó por las avenidas Ignacio Wallis, Isidor Macabich y vuelta por la Avenida de España. Sin duda fue una mañana de culto al deporte y la actividad física, con atención a otros modos de hacer ciclismo sin necesidad de moverse del sitio. Así se hizo ver sobre un escenario en el que monitores del gimnasio California Gym dieron varias lecciones de 'spinning'. Consiste esto en darpedaladas sobre una bicicleta estática sobre la que se varía la cadencia y la intensidad de las pedaladas al ritmo de la música, al mismo tiempo que se varía también la postura en el manillar y sillín:sentado, de pie, posición de esprint y de subida. Un completo ejercicio aeróbico que no sólo reporta beneficios en las piernas sino también en la figura y la mente.

Y después de tanto movimiento, qué mejor que reponer fuerzas. Se prepararon dos millares de bocadillos para ser repartidos entre los participantes, que además entraron en el sorteo de once bicicletas, una de ellas eléctrica. Todo un éxito de asistencia y participación para otra jornada más de culto a las dos ruedas sin motor.

Montar en bicicleta, sí, pero con cabeza. Entre todas las actividades programadas por el Ayuntamiento de Eivissa y el Consell Insular de Eivissa y Formentera había una que intentaba enseñar sobre a todos los más pequeños pero también a los mayores cómo circular sobre estos vehículos reduciendo al máximo los riesgos que puede entrañar. De ellos se habló en el taller de educación vial impartido en uno de los estands dispuestos en la plaza de Antonio Albert i Nieto, en el que se impartieron nociones básicas sobre las normas de circulación además de consejos para aumentar la seguridad, como el uso del casco, reflectantes y ropas cómodas para evitar enganches.

Pero si alguien todavía pensaba que ir en bici es sinónimo de desgaste físico como consecuencia de darle al pedal, ayer pudo confirmar que no es así. Electric Bike Ibiza presentó ayer cómo funcionan las bicicletas eléctricas, una alternativa de transporte cómodo, económico y ecológico. Estos vehículos son insonoros y nada contaminantes debido a que funcionan con baterías que se recargan en la red eléctrica como si de un simple móvil se tratara. Su autonomía varía según el modelo de los 15 a los 90 kilómetros, pueden alcanzar por ley una velocidad máxima de 30 y se calcula que el coste que tienen para el usuario no es mayor a un euro por cada 100 kilómetros recorridos.