Sergio Ramos, Torres y Puyol, junto a Luis Aragonés, en el ONO Estadi.Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

Son Moix se prepara para vivir su día grande. Por primera vez en la historia, Palma abre sus brazos para acoger un partido oficial de la selección nacional. Después de tres amistosos, saldados con dos empates y una victoria de peso, la Isla entra en el escaparate mediático por la puerta grande, con un partido de clasificación para la Eurocopa'2008 que llega sin margen para el error. La expectación generada por la presencia de los internacionales no tiene precedentes y las previsiones más optimistas se han desbordado. Ni siquiera la cita ante Alemania de hace cuatro años despertó esta pasión. Agotadas prácticamente todas las localidades, unos 23.000 espectadores asistirán en directo a un encuentro que marcará el destino del grupo y que tiene aspecto de plebiscito para Luis Aragonés (22.00 horas, ONO Estadi, La Primera).

Después de la pírrica victoria ante Dinamarca y del posterior cruce de acusaciones entre Luis y sus jugadores, todo ha quedado nuevamente en manos de los números, algo en lo que España tiene déficit. Por eso cada movimiento del técnico madrileño va a ser escrutado de forma especial, porque el entorno está irritado y apenas le va a conceder un margen de error. Una derrota ante Islandia puede sacudir con dureza el enésimo proyecto del combinado nacional. Una victoria, en cambio, le permitiría superar a Dinamarca en la tercera plaza, a la espera del duelo que hoy disputan en Belfast los líderes del grupo: Irlanda del Norte y Suecia.

La fiabilidad de esta selección es tan fina que la pésima imagen ofrecida el pasado sábado en el Santiago Bernabéu ha ocultado incluso la importancia de la victoria y ha destapado la caja de los truenos. Luis señaló a algunos jugadores (Xabi Alonso, Iniesta...) tras la pésima segunda parte ofrecida ante Dinamarca, un dardo que ha provocado una herida en el vestuario. La caseta reconoce edesastre del Bernabéu, pero no comparte la decisión del seleccionador de airear los trapos sucios. Incluso algún inquilino del vestuario le ha recriminado los cambios, sobre todo cuando retiró a Villa por Angulo para aguantar el resultado... Para echar más petróleo al fuego encendido en los vestuarios de Chamartín, el de Hortaleza desveló presuntamente una conversión privada con Fernando Torres, que al parecer había dejado entrever su deseo de abandonar el Atlético, cuya onda expansiva todavía se escucha por el Manzanares. Ayer, en una comparecencia cargada de tensión, Luis optó por matar al mensajero y tildar de «mentiras» todas estas informaciones.

No es una situación cómoda para la selección y, lógicamente, el seleccionador islandés se ha apresurado a traspasarle todas las urgencias. Los de Aragonés llegan tocados al partido porque la pobre segunda parte frente a los daneses ha abierto todos los interrogantes. España anda buscando la fórmula y su técnico sigue insistiendo en el trabajo y en la unión, pero sus argumentos comienza a agotarse.