Europa Press

El italiano Alessandro Ballan se proclamó ayer campeón del mundo en Varese por delante de su compatriota Damiano Cunego y el danés Matti Breschel, a los que se impuso con un ataque a falta de dos kilómetros al que no pudieron responder ninguno de los 18 corredores que llegaron destacados tras los 260 kilómetros de la carrera.

Varese, a 20 kilómetros de la ciudad de nacimiento de Alfredo Binda, el ganador del primer Mundial disputado en Nurburgring en 1927, fue el lugar elegido para que Bettini o Freire homenajearan al mítico corredor y entrasen en la historia con su tercer entorchado consecutivo o el cuarto Mundial respectivamente, pero el gran protagonista fue otro italiano: Ballan. Forjado en las clásicas de primavera, donde su victoria en el Tour de Flandes del año pasado y su tercer puesto en la París Roubaix de este año demuestran que se mueve como pez en el agua en el adoquín, aprovechó el excesivo marcaje al que estuvieron sometidos los dos favoritos para demarrar en la penúltima subida a Ronchi, cuando quedaban 20 kilómetros para el final, un ataque que, a la postre, fue definitivo y que dio lugar a un grupo de 18 elegidos que llegaron con opciones a los últimos kilómetros.

El mejor español, sexto

Precipitado en el sprint por la plata y el bronce, Joaquim Rodríguez, el único español con brillo, se tuvo que conformar con la sexta plaza. Damiano Cunego se hizo con la plata y Matti Breschel evitó con su bronce un triplete italiano, ya que Rebellin finalizó cuarto.