Jonan García, jugador de la SE Eivissa, disputa un balón con un futbolista del Sabadell en la primera jornada de liga.

Jonan García se ha convertido en el jugador damnificado por el nuevo planteamiento de juego que ha marcado Quique Yagüe. Indiscutible para el juego virtuoso de Rubi, la llegada del preparador abulense parece que ha cortado las alas de un futbolista, el vasco, cuyas condiciones se adaptan más al fútbol de toque que al juego directo y resultadista, que quizá ahora necesite el Eivissa.

Tras no ir convocado ante el Terrassa en la última jornada de liga, Jonan sólo espera demostrar sobre el césped en cada entrenamiento que su condición de titular indiscutible no era un simple regalo del anterior entrenador.

«Es una decisión que ha tomado el míster y no me queda otra que trabajar para que vuelva a confiar en mí», dice Jonan, quien reconoce que no ha recibido ningún tipo de explicación por parte del preparador del Eivissa: «No, la verdad es que dieron la lista y me quedé yo sólo fuera. No he hablado nada con él ni él conmigo. No tengo ni idea de los motivos. Me encuentro bien y me quedé con ganas de jugar, pero él toma las decisiones y hay que respetarlas. Yo no he hablado prácticamente con él nada».

Sobre los tres partidos en los que el equipo ha puntuado y ha mejorado el aspecto defensivo, señala: «Ahora practicamos un fútbol más directo. Nos están haciendo menos ocasiones y es lo que el míster quiere. Al final se trata de ganar, es como la gallina de los huevos de oro, para ganar hay que tratar de jugar bien. Por nuestro estado anímico y por la ansiedad, quizá haya que ser más prácticos».

Y para este tipo de juego directo, el medio centro vasco afirma sentirse preparado: «Cuando jugué en el grupo de la muerte, el grupo II, en el que no se juega nada al fútbol, estuve tres años y más patadas y pelotazos que se dan allí no se dan en otros grupos».

Jonan reconoce que los problemas extra deportivos que vive el club no han pasado inadvertidos, ni mucho menos, para el vestuario rojillo: «Se habla de todo, al final en un grupo es normal que se hable y se trate de solucionar el tema de los cobros, de la sociedad anónima, pero cuando llega el domingo te olvidas. La gente intenta abstraerse y jugar el partido como pueda».

En cuanto al estado anímico de la plantilla, afirma que «está con ganas de ganar un partido y salir de los puestos de abajo. Es importante irse en Navidad tranquilos, pero queda mucho trabajo por hacer».