Varios futbolistas del Eivissa se lamentan tras recibir un gol.

A la SE Eivissa se le ha olvidado ganar. Está demostrado. Es cierto que el equipo que dirige Alfredo Santaelena, como él mismo piensa, no ha sido inferior a prácticamente ningún rival de los que se ha enfrentado y que muchos puntos se han escapado por factores tales como los errores individuales, las decisiones arbitrales o la falta de puntería de cara a gol.

Eso en la teoría. La práctica, los números, dicen que desde el pasado 4 de enero el club de Can Misses no sabe lo que significa saborear los tres puntos. Tras aquella victoria sobre el Orihuela (1-0), que servía para celebrar el año nuevo y resultaba el primer regalo de Reyes para un equipo en crisis, el Eivissa salió de los puestos de descenso y se situó con 20 puntos.

Diez jornadas después, la situación del equipo es calamitosa. Diez jornadas y sólo cinco puntos más en su haber. Conjuntos como Osasuna B y Orihuela, que por aquel entonces marchaban por detrás en la clasificación, han sumado 18 y 17 puntos, respectivamente, en este tiempo.

En el primer partido del año frente al plantel que dirige Tevenet, Quique Yagüe alineó un equipo formado por Manu en portería; Víctor, Ibon Begoña, Joan Castillo y Rial en defensa; Germán, Raúl Garrido, Juan Carlos Sanz y David De Pablos en el centro del campo; Àngel Sánchez en la media punta y Julien Hornuss como hombre más adelantado. En aquél partido sólo había 12 jugadores del primer equipo. El banquillo, además de José Antonio, lo integraban Samir, Carlos Fernández, Jesús Cabrera y Fran Bonilla.

La travesía por el infierno alcanza los 72 días, las 1.728 horas, los 103.680 minutos.

El vía crucis del bloque rojillo también se refiere al aspecto goleador. Desde la última victoria el plantel de Vila ha sumado 13 goles y ha encajado 21, lo que supone un promedio de 1,3 tantos a favor y 2,1 en contra por encuentro.

Todos son responsables

Los números no engañan y sólo vienen a confirmar dos cosas: La primera, que los refuerzos de invierno y el vestuario en general no ha estado a la altura de las circunstancias en los últimos meses, y la segunda, que el sistema defensivo del equipo o la forma de defender es insuficiente. Por supuesto, quienes confeccionaron la plantilla y el proyecto en verano, quienes ficharon en el mercado de invierno y quienes no han podido pagar los emolumentos a sus empleados son los principales culpables de la actual situación.

Con el daño hecho y sin reparación aparente, está claro que son los futbolistas los que tienen que solventar la complicada papeleta. Debían haber empezado la resurrección hace muchas jornadas, pero tendrá que ser este domingo (12,00h) ante el Alcoyano, el segundo clasificado, cuando el Eivissa sume los tres puntos si no quiere verse en Tercera División en escasas semanas.

Linares, sancionado

El delantero del bloque levantino Miguel Linares no podrá jugar por sanción. Linares, que acumula 14 goles y es el segundo máximo anotador de la categoría, fue sancionado con cuatro partidos de suspensión por agredir al defensa del Barcelona Atlétic Héctor Verdés hace dos jornadas.

El presidente de la SE Eivissa, Pedro Ortega y el técnico, Alfredo Santaelena, mantuvieron ayer una reunión en un restaurante de Madrid. Un encuentro entre los dos máximos responsables del equipo a petición de Ortega y que se produjo aprovechando la estancia de ambos en la capital. En la cita no se plantearon aspectos como la cesión o la dimisión del entrenador; fue una comida para acercar posturas. «Ha sido una reunión normal, no ha habido nada en especial. Es lo mas lógico, hablar de la situación del equipo, saber como esta todo y ha sido una conversación constructiva y positiva», explicó ayer el entrenador madrileño. En ese encuentro salieron a relucir las polémicas palabras de Ortega criticando a los futbolistas, pero según Alfredo, «todo eso está zanjado». «Tampoco hay que darle más importancia, es su opinión. Cuando no ganas es normal que estemos todos cabreados. El presidente dijo eso, yo dije que no compartía sus declaraciones. Entiendo su malestar, pero no era el momento idóneo de decirlo. Son cosas que pasan en el Madrid o el Barcelona», subrayó. Para acabar, el preparador comentó las conclusiones sacadas de la reunión: «Hemos quedado en seguir todos juntos y remar en la misma dirección. Seguir trabajando y no arrojar la toalla porque quedan puntos. La situación es difícil, pero no imposible».