Pisano, en las instalaciones de Can Misses durante un entrenamiento del equipo.

Laura Tur

La desastrosa situación que atraviesa el equipo rojillo no ha logrado que Giuseppe Pisano (Italia, 1988) se venga abajo. Con tan sólo veinte años, confiesa que sus ambiciones probablemente le alejarán de Can Misses la temporada que viene. Siente profundamente que las polémicas extradeportivas hayan llevado al equipo a descender a Tercera División, aunque espera al menos que el equipo no quede en última posición.

_¿ Por qué no fueron convocados la semana pasada ni usted ni Diop Mor? ¿Se trató de un castigo o realmente existía una lesión tal y como dijo el club?

_Estábamos lesionados. Diop no había entrenado desde el lunes. Yo sí que participé en ese entreno y también en el del miércoles, cuando recibí un golpe muy fuerte en la zona costal. El jueves, antes de viajar, fui en chándal porque pensaba que iría convocado. Al salir al campo, me dolía mucho el golpe, no podía respirar y el míster dijo que me quedara. Fui a hacerme una radiografía para descartar cualquier rotura, pero claro, el golpe me seguía molestando.

_¿Qué le ocurrió a su compañero?

_Diop tiene problemas con el dedo gordo del pie desde que llegó. Arrastra las consecuencias de una lesión que tuvo y suele molestarle a menudo. El domingo pasado recibió un golpe y no pudo entrenar.

_Lo sorprendente de ese último partido fue que se planteara sin ningún delantero nato teniendo en cuenta la posición del equipo en la tabla...

_Todos pensábamos que quizás el míster convocaría a un delantero del filial, pero no tuvo mucho tiempo para tomar decisiones ya que él contaba conmigo. Avisé el miércoles por la noche de que tenía molestias y él dibujó el partido como mejor pensó.

_Nos remontamos a diciembre. Se marcha de la isla y parece que no iba a continuar en el club. ¿Qué ocurrió y por qué decidió volver?

_Fue por motivos personales. Todo el mundo sabe que el club atravesaba problemas económicos y no podía hacer frente a las nóminas. En verano llegué de un gran club en Alemania con muchas ilusiones y al principio todo parecía muy bonito. Tras dos meses te encuentras una situación que es totalmente distinta, que no te pagan, que no tienes ni un duro para salir, ni para comer... En esa época estaba bastante mal y además echaba mucho de menos a mi familia. Yo pensaba que la situación no iba a mejorar y le dije al club claramente que iba a quedarme en mi casa, que no iba a volver por las deudas que me estaban obligando a afrontar. Respetaron mi decisión, me ayudaron a salir de esta situación y por eso decidí regresar. Llegué a un acuerdo con el presidente y con Toni Lima, quienes me dijeron que la situación se iba a resolver y fue la verdad.

_¿Qué valoración hace de la trayectoria a la baja que ha tenido el club a lo largo de la temporada?

_En lo estrictamente deportivo los jugadores asumimos nuestra parte de culpa. El equipo no ha hecho lo que tenía que hacer. Nos han afectado muchas cosas y eso acaba teniendo una repercusión deportiva. Yo soy muy joven y llegando de un club donde nunca faltó dinero, ropa... me sorprende esta situación. Llegas aquí, entras en los vestuarios y las conversaciones van más allá de lo puramente deportivo, cuando no debería ser así. Pero no lo puedes evitar.

_¿Qué opina el vestuario de la situación del equipo?

_La situación es muy complicada. La gente está de mal humor y enfadada. Es difícil pero tenemos que intentar hacer las cosas lo mejor posible hasta el final de la temporada. A mí personalmente no me gustaría quedar último. Ahora mismo, mi prioridad principal es llegar lo más arriba que podamos porque creo que da muy mala imagen quedar en la cola de la tabla.

_¿Habéis sabido formar un equipo ante las adversidades?

_Hemos intentado ser una 'piña' pero hemos fracasado en este sentido. Obviamente al principio la gente estaba ilusionada por hacer las cosas bien. Pero he notado que los jugadores, en el campo, se han centrado mucho en echarle la bronca a otros. La base en un equipo tiene que estar en que cada uno se concentre en hacer las cosas bien y que si llega el momento, ayudes a tus compañeros. Algunos, como Àngel Sánchez, Joan Castillo o Ibon Begoña, como veteranos, sí que te ayudan. En cualquier caso, ésa debería ser una actitud de todo el equipo, no sólo de unos pocos. Creo que no hemos sido un grupo esta temporada.

_Personalmente, ¿lo ha dado todo por el equipo?

_Sí. Quizás haya gente que no lo ve así, pero reconozco que las cosas no me han salido como quería. Tras los primeros partidos y los primeros goles esperaba llegar a marcar unos 15 o 20 y no ha podido ser. Lo que tengo claro es que cada vez que he salido al campo he estado al 100% y no he parado de pelear. En este sentido no me siento mal.

_¿Cómo han afectado al conjunto los sucesivos cambios de entrenador?

_Han afectado muchísimo. Con Yagüe exploté como jugador e hice mis mejores partidos. Es un entrenador que planteaba los partidos de una manera muy simple, pero que resultó ser muy efectiva. Los resultados hablan a su favor. Creo que por parte del míster, de Alfredo, llegar a este equipo, en la situación que estaba y no abandonar el barco ha sido un acto de valentía y algo muy arriesgado. Con él hemos hecho buen fútbol. El equipo tiene calidad y se merece estar más arriba, pero lo que cuenta al final es donde estamos ahora mismo. Tampoco es fácil para los jugadores estar con tres entrenadores distintos la misma temporada, con los cambios que ello implica. Lo ideal sería tener a uno desde el principio y seguir con él.

_¿Ya sabe que será de su futuro? ¿Piensa quedarse en el club la próxima campaña?

_La verdad es que todavía no lo sé. Tengo veinte años y ambiciones de jugar más arriba. Y si surge la posibilidad, me gustaría seguir en Segunda B, o en Segunda. Otra posibilidad es volver a Alemania, pero la verdad es que sería de tontos obstinarse en la idea de quedarme en Eivissa para jugar en Tercera División. Ahora mismo tengo contrato aquí y lo respeto. En verano ya se verá.