Can Misses se convirtió ayer en una auténtica constelación de estrellas. El estadio ibicenco acogió un partido amistoso con profesionales del deporte rey y ex futbolistas de alto caché. Por un momento, el recinto futbolístico parecía el Camp Nou o el Santiago Bernabéu. Pepe Reina (Liverpool), Kiko Narváez (ex del Atlético de Madrid), Bolo (ex del Athletic), Toni Muñoz (director deportivo del Atlético), Adrián González (Getafe), y los hijos de Gallego (ex Real Madrid), Míchel (ex Real Madrid) y Esnaider fueron algunos de los hombres que se pusieron las botas para divertirse en la pachanga más galáctica de la isla en los últimos tiempos.

Si alguien es capaz de reunir a este elenco de estrellas, ése es, sin duda, Juan Mesa, más conocido como Labi Champion. No es la primera vez que organiza un partido así. Es más, de hecho es la segunda vez que lo lleva a cabo esta semana. Impresionante. El embajador del fútbol ibicenco reunió a sus galácticos particulares por un motivo muy simple: «Estar todos juntos y pasar un rato agradable». «Luego, nos vamos de cervecitas y comentamos los piques que se viven en estas pachanguitas», agregó.

Labi, recientemente invitado al bautizo del hijo de Pepe Reina en Córdoba, ve este tipo de encuentros como «una cosa normal, una más de las que hacemos». «Hoy -ayer para el lector- jugamos Malibú contra Keeper», añadió. ¿Y con quién iba él? «Con los dos». Más diplomático, imposible.

Pero lo que él ve como «algo normal» no es una tarea fácil de llevar a cabo. «A esta gente les encanta el fútbol y siempre quieren jugar, pero, con el lío de que van a la playa o están de vacaciones, es complicado juntarlos. Estoy muy contento porque siempre acceden a ir a los campus o jugar pachangas. Se divierten en Eivissa y alguien tiene que organizarles esto. Como siempre, ése soy yo», explicó Juan Mesa, quien agradeció que «José Antonio Boned y el Patronato nos cedan los campos para este tipo de eventos».

El Champion resaltó que «todo el mundo quiere jugar y yo ya tengo que hacer las alineaciones con ordenador». En ellas nunca está él, que actúa de árbitro. «Yo no me atrevo a ponerme las botas. Ya tengo unos años y me dan desmayos», bromeó el trencilla, al que algunos culparon de la victoria por 5-4 del Keeper. Así es el fútbol.