«Es una disciplina deportiva que consiste en la realización de una composición coreográfica -en el caso de la gimnasia rítmica, que no tiene nada que ver con la deportiva, ésta se realiza con acompañamiento musical- combinando de forma simultánea y a una alta velocidad, movimientos corporales». Así define la Wikipedia, esa enciclopedia con vida propia en Internet, a la gimnasia artística, un deporte que exige unas condiciones físicas soberbias, se lleva a cabo en distintos aparatos (anillas, barras...) y acaba de aterrizar en la isla de la mano de Cristino Bermejo.

El ibicenco, que el próximo año adquirirá el nivel tres de la graduación superior de gimnasia artística, encontró un vacío total en la isla en lo que a este deporte se refiere, por lo que se lanzó a su aprendizaje en Palma para poder enseñarlo posteriormente en Eivissa. La escuela de verano de Sant Antoni, que comenzó en julio y acaba a finales de este mes, es su segunda aventura después de haber iniciado la enseñanza durante los tres últimos meses del pasado curso escolar. «Hice unos folletos que repartí por casi todos los colegios de Sant Antoni y puse algunos carteles. Esa información llegó a los niños y es lo que ha hecho que en poco tiempo tengamos 45 alumnos», recuerda el monitor, que en este periodo estival ha visto reducido a 20 el número de alumnos, de entre 6 y 18 años, a los que alecciona en el pabellón de Ses Païsses cada lunes, miércoles y viernes, de 17,00 a 20,00 horas.

Un deporte «a prueba»

La gimnasia artística, un deporte olímpico, se encuentra «a prueba» en Eivissa. Acaba de instaurarse y «estamos a la espera de que lleguen los aparatos a principios de agosto». De todas formas, su presencia no es necesaria por el momento, ya que «la técnica tiene que aprenderse en suelo». «Hay que llevar a cabo una preparación física de fuerza y flexibilidad. Hay técnicas que, tanto en barra como en anillas, se hacen en suelo. Las paralelas también las haces al nivel del suelo y el caballo con arco comienza a prepararse en una especie de taburete», explicó Bermejo. Por eso, y dado que los alumnos se encuentran en nivel inicial, el monitor afirmó que «aunque estuviéramos más tiempo sin aparatos, no pasaría nada». Lo importante es que «ya tenemos el espacio y hemos dado el paso inicial».

Cristino no descarta que de la isla pueda salir un nuevo Jesús Carballo, un español que sabe lo que es ser olímpico y colgarse medallas en campeonatos del mundo, europeos y nacionales. «Yo pensaba que iba a tener todo tipo de alumnos, pero lo que tengo está bastante bien. Estoy seguro de que un 20 por ciento de los que están en la escuela llegarán lejos y serán campeones. Es muy difícil que todos respondan igual, porque hay que ser constante y tener una buena genética. Si tienes una buena genética para ser gimnasta y lo explotas, eres un genio; de lo contrario, siempre tendrás un tope».

Campeonatos

Bermejo pretende crear próximamente campeonatos insulares para dar posteriormente el salto a los de Balears, de donde proceden los gimnastas del equipo campeón de España. «Hay un nivelazo en Balears. Si eres campeón aquí, casi seguro que lo eres de España».

Sobre los aparatos más difíciles, Cristino confesó que «las féminas temen más la barra de equilibrio, que es en el que más caídas hay, mientras que los hombres encuentran más dificultades en el caballo con arco». Seguro que si sus alumnos siguen sus consejos, controlarán ambas especialidades.