Impotencia. Esa es la imagen que da, a día de hoy, el Palacio de Congresos de Ibiza. En un partido que se podía considerar decisivo, ante un rival directo por la permanencia como es el Gran Canaria y antes de afrontar la parte más dura de la competición, con partidos como el del Perfumerías Avenida del próximo sábado, o el de Ros Casares, dentro de tres semanas, el conjunto que dirige Jenaro Díaz volvió a caer con estrépito y se hunde un poco más en el fondo de la tabla con seis derrotas en los mismos encuentros.

El partido ante el Gran Canaria estaba fijado en la agenda del equipo ibicenco como el de la reacción en la competición liguera. Había que mejorar en todos los aspectos y, sobre todo, conseguir una victoria que empieza a ser urgente para el buen estado de salud y mental de la plantilla. Pero únicamente con el corazón, sin cabeza, no se gana. El Palacio de Congresos sólo puso empeño y ganas, era lo mínimo que se le podía exigir, pero sigue fallando en lo demás. Demasiadas imprecisiones y, sobre todo, la ansiedad de lograr ese primer triunfo, dilapidaron las opciones locales casi desde el principio.

El partido no tardó en torcerse. Y es que a las de Jenaro Díaz no les salió nada. Ya se sabe, las prisas son malas consejeras. Mientras que las locales se desesperaban, las canarias, con una tranquilidad pasmosa y lideradas por un tridente de lujo -Warburton (28 puntos), Henry (22) y Zlatanova (19)- empezaban a abrir hueco en el marcador. En el minuto 9 ya doblaban a su rival (10-20). Sólo hubo un atisbo de reacción de las locales. Dos robos consecutivos significaron una canasta y un triple sobre la bocina de Wabara, colocando el 15-20 en el electrónico al final del primer cuarto. En el comienzo del segundo periodo parecía que el Palacio de Congresos iba a ir a más, pero tampoco tuvo fortuna y el aro escupió un triple de Johnson y una bandeja de Bade que podían haber apretado el marcador. No fue así y, a partir de entonces, el partido tuvo claro color visitante, con parciales de 15-26 y 15-22 en el segundo y tercer cuarto.

En los últimos diez minutos, con una ventaja que empezaba a ser apabullante -la máxima diferencia fue de 33 puntos- y cuando peor estaban las cosas, el equipo ibicenco, incomprensiblemente, empezó a jugar con fluidez. A pesar de estar los últimos cuatro minutos sin ninguna referencia en el juego interior, con Lori Nero y Wabara eliminadas por cinco faltas personales, con Sandra Pirsic en el banquillo con molestias desde antes del descanso y con Nuria Ramiro como simple espectadora, las locales ofrecieron sus mejores minutos de juego y, a base de triples, maquillaron algo el resultado ante un Gran Canaria que, demérito del Palacio de Congresos de Ibiza, ayer parecía el mismísimo Ros Casares.

En definitiva, nuevo tropiezo de un equipo que sigue sin conocer la victoria y que empieza a perder la confianza de una directiva que avisa que, en los próximos días, «pasarán cosas».

Jenaro Díaz, entrenador del Palacio de Congresos de Ibiza, afirmaba tras el partido que se siente con fuerzas «para sacar esto adelante», algo que posteriormente transmitió a la directiva en la reunión que mantuvieron tras el partido. «No he dudado nunca que con más trabajo este equipo puede reaccionar. Más que lo de llevar un balance de 0-6 me preocupa la dinámica que lleva el equipo, aunque creo que las jugadoras pueden conseguir romper esa dinámica», afirmó. Jenaro lamentó que «no hemos podido con la losa que supone llevar tantos partidos sin ganar. Hemos empezado con mucho miedo y sólo al final logramos soltarnos en el juego».