Carlos Torres Ferrer (Eivissa, 14 de junio de 1978) llegó tarde al motocross, pero eso no le ha impedido celebrar este domingo su primer campeonato de Balears en la categoría MX1, que añade al que consiguió en enduro en 2003. «Para ser algo en este deporte tienes que empezar con al menos 5 años. Yo lo hice con 20, por lo que nunca ha sido mi intención llegar lejos. El motocross siempre ha sido únicamente una diversión para mí, nada más», reconoce el piloto ibicenco.

El título es también el premio a la constancia, después de acabar subcampeón en dos ocasiones por detrás de su compañero Daniel Juan. «Dani y yo somos muy amigos, pero la verdad es que tenía muchas ganas de batirle de una vez por todas. Sin duda creo que el de este año ha sido de los campeonatos más divertidos y emocionantes que he visto. Otros años casi siempre había un claro dominador, pero esta vez ha sido muy disputado hasta el final y no se ha decidido hasta la última prueba», añade.

El campeonato, además, ha sido de claro color pitiuso, puesto que, al primer puesto de Torres se suma el segundo de Daniel Juan y el tercero de Daniel Curreu. «Pero es que en Eivissa hay mucho nivel y afición para no contar con los medios adecuados. Es increíble que salgan tantos pilotos sin contar con instalaciones ni nada, porque está claro que si quieres ser algo en motociclismo tienes que salir de la isla. De todas formas, siendo realistas, el campeonato lo hubiese ganado de calle el mallorquín Gabriel Pons, que el domingo ganó las cuatro carreras en MX1 y MX2. Sin embargo, ha competido en el nacional y eso ha hecho que dejase de lado el provincial. Sin embargo, el nivel ibicenco en motocross es muy bueno y ahí están los resultados», comenta Torres, que señala la falta de medios de Eivissa en relación, por ejemplo, con Mallorca. «Los pilotos de motocross o enduro nos quejamos, pero hay gente que está aún peor, como los de velocidad, que no tienen ningún sitio a donde ir. En Mallorca por lo menos tienen un circuito en Llucmajor, pero aquí no hay nada de nada. Por suerte parece que el circuito permanente de sa Coma empieza a ser una realidad y a partir de ahora seguro que el nivel en la isla será mucho mayor», declara.

Y es que Carlos Torres, como la mayoría de amantes del motociclismo en Eivissa, dicen lo de Santo Tomás de Aquino de ver para creer. «Han sido muchas promesas, aunque ahora por fin parece que empieza a funcionar. Lo cierto es que lo que se vio el domingo fue una pasada. Lógicamente se tiene que pulir el terreno, pero la primera toma de contacto fue muy buena y el recorrido me pareció muy divertido. Ahora nos conformamos con que nos dejen entrenar una vez por semana en este terreno a la espera de que se construya el circuito permanente», reconoce el ibicenco, que ya se pone como meta revalidar el título el año que viene, aunque será más complicado. «La próxima temporada se cambian las categorías y la MX1 y MX2 pasan a ser sénior y júnior. Habrá más pilotos y será más difícil, pero mi objetivo será divertirme», agrega.