José Manuel López, por las calles de Formentera. | Guillermo Romaní

A las tres y media de la tarde de ayer, José Manuel López Martínez llegaba exhausto pero satisfecho al faro de el Pilar de la Mola. Había conseguido culminar su reto, unir las cuatro Illes Balears a lo largo de 400km en los que corrió, pedaleó, remó y nadó en una hazaña de dimensiones extremas y que sólo él, un mallorquín de 39 años y con un corazón enorme ha sido capaz de realizar.
Al filo de la medianoche del jueves al viernes, López Martínez inició su aventura con una etapa que le llevó desde Maó hasta Cap d'Artrutx en el extremo sudoeste de Menorca a través de 60km en bicicleta que hizo aproximadamente en dos horas. El reto siguiente se reveló como uno de los más complicados ya que tenía que recorrer los 39 km. que desde Cap d'Artruxt hay hasta Cala Ratjada «pero ahí nos encontramos con una condiciones extremas, con muchos problemas ya que el viento era de fuerza 6 y con rachas de 24 nudos que levantaban olas de hasta tres metros por lo que estuvimos retrasando la salida y al final nos la jugamos, pero cuando llevábamos nadados 13 km nos vimos obligados a desistir y completamos el trayecto en piragua». Desde Cala Ratjada el atleta cruzo en diagonal la isla de Mallorca para llegar a Sant Ponça recorriendo 110 km corriendo.
A mediodía del sábado de nuevo el mar como escollo: «Las condiciones eran similares y los 88 km que tenía que hacer en piragua quedaron en algo más de la mitad, ya que finalmente no nos veíamos con la embarcación de apoyo, el tiempo era malo y la situación se estaba convirtiendo en sumamente peligrosa».
En Eivissa López Martínez inició a la una de la madrugada de ayer una maratón que le dejó en ses Salines alrededor de las seis y media de la mañana; tras reponer fuerzas nadó entre ses Salines y s'Espalmador y poco antes de la una del mediodía iniciaba el trayecto final, la media maratón desde la Savina hasta el faro de la Mola con un aterrador final, los casi tres kilómetros de subida entre es Caló y la Mola «pero cuando la meta está tan cerca ya ni te preocupas por el dolor o el cansancio, sabes que vas a llegar y eso te impulsa» decía López Martínez que a las 15,30 horas llegaba al faro de la Mola. Su apuesta es un encaje de deporte y solidaridad, es una manera de hacer que la gente tenga presente situaciones que a veces no son conocidas y López Martínez, en este caso afrontó el reto para conseguir 8.000 euros, la cantidad que Baleares Solidaria necesita para una actuación en un pueblo del delta del Paraná en Argentina.