Pablo Ríos disputa un balón en el partido del domingo ante el Alcúdia.

La paciencia es una cualidad olvidada en el mundo del fútbol. Los expertos coinciden en que es en mayo cuando se deciden los títulos y, en el caso de la tercera División, las cuatro plazas que dan derecho a disputar el play off a Segunda División B. Pero nadie quiere ver cómo a las primeras de cambia se abre un abismo respecto a esa zona noble de la tabla cuando eres uno de los aspirantes al título.
Después del patinazo de este domingo ante el Alcúdia (2-2), la Peña Deportiva se ha descolgado del cuarteto de cabeza, del que le separan cuatro puntos. De su principal contrincante por el título, privilegio que ataja enormemente el camino hacia el ascenso, y del otro favorito ya le separan ocho. El Constància y el Binissalem se están mostrando como dos líderes sólidos. El primero es el máximo goleador con 16 tantos (la Peña suma únicamente seis) y el segundo sigue imbatido después de seis jornadas (los de Santa Eulària han encajado cinco dianas).
Debate y problemas
En Santa Eulària hay un debate abierto sobre los objetivos reales del equipo. Históricamente siempre ha portado la vitola de favorito para el play off. Unos opinan que hay que resignarse, no hacer 'sangre' y conformarse con acabar en la zona alta, pero sin la obligación de acabar entre los cuatro primeros. Otros, entre los que se incluye el presidente, Juan Marí, consideran que hay equipo para tal fin, como no podía ser de otra forma en un club con la solera de la Peña.
Este ejercicio el club ha visto reducido su presupuesto y, aún así, ha podido configurar una plantilla con jugadores de renombre en la categoría. Por diferentes razones de peso, como el lamentable estado del césped de su campo, la plantilla está rindiendo a un nivel muy inferior al que se espera de ella.
Casos como los de Maxi Re o Pablo Ríos, de los que se espera un plus de calidad en el centro del campo, no están dando la talla. Otros como Diego Piquero y Edu Moral mantienen una línea demasiado irregular que no acaba de relanzar ofensivamente al equipo.
Pero donde más se está resintiendo el bloque, para el asombro de todos, es en la parcela defensiva. Si por algo ha destacado la Peña en los últimos años, si algo temen sus rivales y destacan los técnicos de la liga, es por su solidez defensiva.
La segunda parte del choque ante el Alcúdia desnudó a un grupo roto, con las líneas muy separadas, algo que comúnmente responde a un problema físico. A excepción de Fofi, la sensación es que al equipo le fallan las piernas y lo que es peor, esa pesadez, ese cansancio, se traslada a la concentración. En jugadas cruciales y puntuales, como es la estrategia, hay despistes imperdonables, como dijo tras el partido Luis Rueda. Lo bueno es que queda un mundo para llegar al mes de mayo.