Como ocurre a nivel general con el trabajador de a pie, en el deporte balear están pagando el 'pufo' nuestros talentos. Las promesas incumplidas de los políticos son sueños rotos a corto y medio plazo. Y no solo perjudican las gestiones chapuza a esos deportistas tocados por una varita, también al bolsillo de sus padres. Por suerte, seguimos confiando en el deporte.