Durante las últimas semanas se ha desatado por toda la geografía española una auténtica guerra por encontrar patrocinador privado. Ningún deporte se salva y muchos clubes fallecen en el intento. La mayoría de empresas que tradicionalmente destinaban importantes partidas al patrocinio de entidades deportivas han metido la tijera por las exigencias del mercado.

En Eivissa, históricos como el CB Puig d’en Valls o el Gasifred Atlético se han visto obligados a saltar del tren en marcha para no acabar literalmente arrollados por la crisis. Otros, como el Club Voleibol Eivissa, pretenden seguir remando para alcanzar la orilla. En su caso, nada más y nada menos que la Superliga masculina de voleibol.

La Federación Española cedió a las exigencias de los clubes concediendo una semana más de plazo para formalizar las inscripciones en la máxima categoría nacional. Un breve periodo que podría resultar decisivo en el devenir del club que preside Javier Escandell. «Hace una semana la respuesta a jugar en Superliga probablemente habría sido no. Ahora hay más opciones. Estamos a un 50 por ciento; parece que puede ser que sí porque estamos pendientes de una serie de ofertas. Vamos a agotar hasta el jueves que viene», indicó ayer el presidente.

El club negocia la entrada de «cinco o seis» esponsors. «Uno solo no puede hacerse cargo de todo», explica Escandell, que lamenta el camino que han tenido que tomar otros ilustres del deporte pitiuso por la falta de apoyos: «Espero que no nos arrastre la corriente porque a nivel local nos estamos quedando sin representantes».

Lo que tiene claro Javier Escandell es que el futuro del primer equipo se dilucidará la semana que viene. «El miércoles daremos una rueda de prensa para explicar la decisión que tomemos», concluyó.