La defensa de Ushuaïa fue ayer titánica y jugadores como Carlos Mora (i) y Edmond Solanas (d) resultaron decisivos en el bloqueo.

USHUAÏA IBIZA: 3

CMA SORIA: 0

El Pabellón de Es Viver fue testigo ayer de la victoria más grande jamás contada. Como protagonista, el Ushuaïa Ibiza Voley. Su historia va camino de convertirse en best seller si algún avezado escritor apuesta por el guión. La última gesta del equipo ibicenco, la enésima en los cinco últimos años, fue acabar con la condición de invicto de uno de los conjuntos más laureados y con más historia en la Superliga masculina como es el CMA Soria Numancia.

El triunfo, por si fuera poco, resultó abrumador (3-0; 25-19, 25-21 y 25-16). Un auténtico bofetón para el hasta ayer colíder de la máxima categoría nacional, que acabó el choque enrabietado con los colegiados y con varios jugadores del colectivo ibicenco, a los que acusaron de provocar en distintas fases del choque y de celebrar de manera impropia la victoria. Impotencia pura, en otras palabras.

El recital de juego y la ambición mostrada por el plantel que lidera Toni Gino contagiaron de ilusión a los cerca de 400 espectadores que abarrotaron ayer Es Viver. Espolados por una hinchada incansable y tocados, dicho sea de paso, por una varita mágica, los jugadores locales imprimieron una marcha más que su rival y alcanzaron por la vía rápida un triunfo que les sitúa a las puertas del Olimpo del voley nacional.

Y eso que en cada uno de los tres sets disputados fue el CMA Soria el primero en golpear. El primer episodio resultó espectacular. Pronto se vislumbró la dureza de un encuentro que se acaloró a las primeras de cambio con un intercambio de gestos entre Toni Gino y el MVP de los visitantes, Alberto Salas. Ambos equipos intercambiaron golpes hasta que Carlos Mora agarró el timón y comenzó a distribuir el juego con su habitual soltura. Fidalgo, soberbio ayer en el saque, abrió una pequeña brecha que acabó de profundizar Solanas con un bloqueo magistral sobre Salas (20-17). El final del set fue sobrecogedor por la grandeza del juego local y acabó con un error de saque del visitante Jaime (25-19).

Con un parcial de 0-4 arrancó el segundo acto. ¿Seguiría el mismo recorrido que el anterior? En efecto. El Ushuaïa no se descompuso y reforzó su concentración para volver a rendir por encima de sus posibilidades. Apenas cometieron errores no forzados los pupilos de Toni Gino. Todo lo contrario. Afinaron en el saque, sacudiendo la recepción del todopoderoso. Se anticiparon en los bloqueos, desdibujando a los sólidos rematadores numantinos. El grande parecía el chico, y viceversa. Con 19-15, entraron en escena Saulo Costa y Arthur Borges, quien cerró el set con un misil en forma de ace que provocó la locura en el recinto ibicenco (25-21).

La sentencia

Para no resultar desleal con el argumento, el conjunto de Toni Gino comenzó por detrás en el marcador (0-3). Y para seguir fiel a su actuación, remontó a la heroica con un parcial de 5-0 que le situó por encima de su adversario en el marcador.

Con Carlos Mora en estado de gracia, tanto en la colocación como en el bloqueo junto a Fidalgo, la diferencia se disparó en el ecuador del set (12-8). Soria comenzó a dar muestras de desesperación y fue incapaz de suturar la hemorragia provocada por el debutante. Los puntos caían del bando local casi sin pestañear, hasta alcanzar el 18-11. De nada sirvieron dos tiempos muertos consecutivos solicitados por el técnico soriano, Álvaro Martín.

El Ushuaïa Ibiza certificó un triunfo histórico que le sitúa en la cuarta plaza de la general y que habla a las claras del potencial de un equipo que está revolucionando el deporte de elite de las Pitiüses.