Los jugadores del Portmany, como Bonilla, acabaron desolados tras su eliminación en la prórroga a manos del Génova.

PORTMANY: 4

GÉNOVA: 1

os trágicos finales han sido un denominador común para los conjuntos pitiusos inmersos en las fases de ascenso. El último en caer fruto del más absoluto de los infortunios, después del Formentera y la Peña Deportiva, fue el Portmany, que ayer logró la hazaña de remontar tres goles pero, sin embargo, acabó su andadura en el play off de ascenso a Tercera División fruto de un gol del Génova en la segunda parte de la prórroga (4-1).

Los pupilos de Vicente Fernández, heridos en su orgullo tras el duro 3-0 de la ida y arengados en todo momento por una hinchada volcada, fueron capaces de hacer lo más difícil; remontar la eliminatoria en el descuento (4-0, min. 105). Sin embargo, fueron víctimas de una esperpéntica actuación arbitral por parte del colegiado ibicenco Josep Roig que les condenó a jugar la prórroga con tres futbolistas menos. Ya con ocho sobre el césped y con dos expulsados más en el banquillo, fue capaz el conjunto de Sant Antoni de anotar el gol que les daba la clasificación, obra de Fran. Y de nuevo, como les sucediera a los representantes pitiusos en la fase de ascenso a Segunda B, el destino dio la espalda a los rojillos, que deberán aguardar una temporada más para perpetrar el salto de categoría.

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