Juanjo Serra y el patrón del barco, Pedro Pérez, tras el abandono.

El Mediterráneo volvió a jugarle una mala pasada al nadador ibicenco Juan José Serra en su segunda tentativa de cruzar a nado el canal que separa la Península con Eivissa después de nueve horas de esfuerzo.

A las 18,00 horas el responsable de la expedición, Pedro Pérez, comunicaba al retador de Santa Eulària la difícil decisión de tener que abortar la travesía por motivos de seguridad. Las rachas de viento y el fuerte oleaje estaban empujando a la embarcación de seguimiento del triatleta. Después de nueve horas de travesía y 14 millas náuticas recorridas, Juanjo Serra ponía fin a su aventura.

«Son cosas que no hay que discutirlas porque son temas de seguridad, tanto para los tripulantes como para mí mismo. Está muy claro, quería esperar dos horas más por si amainaba, pero la situación iba a peor», confesaba Serra instantes después de poner pie a bordo en el velero que guiaba al grupo ibicenco. La expedición puso entonces rumbo a Sant Antoni, donde tenía previsto llegar a la 01,00 de la madrugada.

Con puntualidad inglesa, a eso de las 09,00 de la mañana, zambullía su particular herramienta de trabajo el triatleta ibicenco en aguas del Mediterráneo. Por delante, entre 30 y 40 horas de navegación en mar abierto con el objetivo de enlazar la playa de Portitxol, al sur de Jávea (Alicante), con Cala d’Hort, una de las postales con mayor encanto del municipio de Sant Josep, donde hoy se le esperaba hacia las 15,00 de la tarde. 88 kilómetros (unas 47 millas náuticas) de travesía que encaraba con optimismo el técnico de Deportes de la Villa del Río.