La plantilla del Sant Jordi juvenil posó sonriente y esperanzada este lunes antes de su entrenamiento vespertino.

El mes de noviembre fue especialmente adverso para el Sant Jordi juvenil en los albores de su cuarta temporada consecutiva como miembro de la Liga Nacional Juvenil. Tras un irreconocible ingreso en la competición –en la sexta jornada marchaba penúltimo–, tardó mucho en corregir su rumbo el colectivo verdinegro, hasta el punto de quedar descolgado en la duodécima etapa, después de perder por la mínima ante el Mallorca B, a 12 puntos del Manacor y a 14 del entonces líder, la Penya Arrabal. La enseña de los tres representantes pitiusos en la competición autonómica no acababa de arrancar y en la zona noble de Can Guerxo ya cundía la voz de alarma.

El 23 de noviembre tocó fondo el equipo dirigido por Juanjo Cruz y Nacho Villodre, un tándem que aún tardaría otro mes en inocular el dogma ganador en un plantel llamado a pelear con los mejores de la categoría. Fue, concretamente, el 21 de diciembre, en el marco de la decimosexta jornada, cuando el colectivo ‘jordier’ cambió el chip merced a una aplastante victoria por 4-1 frente al poderoso Manacor. Desde entonces, el Sant Jordi ha disputado 17 encuentros en los que ha sumado 15 victorias por un empate y una única derrota (1-0 ante la Penya Arrabal) de la que han pasado ya 12 jornadas. Los verdinegros navegan a ritmo de récord y, tras golear a otro rival directo como el Serverense (6-0), han contagiado de fe a un pueblo volcado con su equipo de promesas. Son motivos más que suficientes como para que Sant Jordi crea en los sueños.