La dupla de corredores italianos integrada por Johnny Cattaneo y Tony Longo (Wilier Force Squad) se alzó ayer con el triunfo en la categoría masculina absoluta en la etapa inaugural de la Vuelta a Ibiza en mountain bike 2017. Los transalpinos finalizaron la prueba con un crono de 2h40’13’’ que les coloca, momentáneamente, como líderes al frente de la clasificación general.

Los vigentes líderes rodaron muy cómodos desde el inicio de la competición y fueron imponiendo un alto ritmo en la cadencia de su pedaleo que les permitió abrir las primeras diferencias de tiempo sobre sus principales rivales. Así, a partir del kilómetro diez de la etapa, los corredores italianos mandaban con total autoridad en la cabeza de la carrera y obtenían las primeras ventajas parciales sobre sus inmediatos perseguidores, asegurándose el camino hasta lo más alto del podio. La segunda y la tercera posición fueron para las parejas integradas por Soren Nissen-Luis Leao Pinto y José Luis Carrasco-Manuel Beltrán, con unos registros de 2h40’27’’ y 2h44’51’’, respectivamente.

En categoría femenina, la primera victoria se la apuntaron Aida Nuño y Mercè Pacios (MMR Bikes), una inédita pareja de corredoras que por primera vez comparte formación en una prueba oficial, tras marcar un tiempo final de 3h27’35’’. La segunda plaza del podio femenino fue para la dupla formada por Mayalen Noriega y Sandra Santanyés, las grandes favoritas al triunfo final, tras parar el crono en la meta en 3h36’33’’. El tercer puesto se lo adjudicaron Sara d’Angelo y Nadia Pasquali, con un registro de 4h02’00’’.

La primera etapa, con salida en el puerto de Vila y llegada en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni, arrancó en Ibiza con muy buenas sensaciones y con la participación de un millar de corredores, entre los que se encuentran rostros tan conocidos en el mundo del deporte como los de Marc Coma, Albert Cabestany o Jaime Alguersuari, pilotos de rally y Fórmula Uno, respectivamente, entre otros ilustres nombres inscritos.

El trazado de esta primera etapa, que se desarrolló sobre una distancia de 71,2 kilómetros para dibujar un exigente trazado por buena parte de la accidentada orografía de la zona sur-suroeste de la isla, acabó juntándose con una fuerte sensación térmica de calor que exprimió las energías de los corredores. Los participantes se vieron obligados a superar sus propios límites para no quedarse demasiado descolgados de los primeros puestos y poder completar la jornada.