Pedro Román posa victorioso tras el combate celebrado en Nueva York.

Pedro Daniel Román Roig (Ibiza, 12-12-1991) consiguió el fin de semana su primera victoria en el novedoso karate combat. El ibicenco ha aparcado el karate convencional para probar suerte en esta nueva disciplina que ha surgido en los Estados Unidos. El del Samyd, que pelea en peso ligero, es uno de los pocos españoles del circuito.

—¿Qué es el karate combat?

—Es una nueva modalidad de deporte de contacto que aúna movimientos del karate junto con trabajo de artes marciales mixtas. Tiene un poco de las dos cosas.

—¿Cómo se enteró de la existencia de este deporte?

—Fue gracias a Cristina Ferrer. Le llevo la preparación física y un día me comentó que otras compañeras suyas de la selección española estaban metidas en esto. Me pasaron el contacto de la gente de karate combat. Y nada, hablé con ellos y me dijeron que si quería probar suerte que fuese a Miami, todo costeándomelo yo, y allí peleé. Perdí, pero les gusté y me dieron el contrato.

—¿Por qué decide embarcarse en esta aventura?

—Bueno, creo que mi momento en el karate tradicional había pasado un poco. Ya no me sentía tan a gusto compitiendo y entre estudios y trabajo no podía entrenar tanto. Empezar esto, sí que era un paso más para seguir competiendo, aun me veo con muchas ganas y con muchas fuerzas. Esta es una modalidad diferente, con contacto, que creo que es el paso que tenía que seguir.

—¿Cómo se prepara para esta nueva disciplina?

—Pues estoy entrenando con un entrenador de artes marciales mixtas con el grupo de Ibiza MMA Team, que trabajan artes marciales con contacto. Entonces yo estoy haciendo eso, un trabajo mucho más específico del que seguía con el karate tradicional.

—El fin de semana gana su primer combate contra el peruano Paucarcaja. ¿Cómo fue?

—Iba bastante mentalizado de que tenía posibilidades. Estaba entrenando bastante y me veía mejor preparado que la última vez. Fue en la planta 102 del One World Trade Center, muy espectacular. Es todo muy de película con este grupo. Los organizadores buscan algo que llame mucho la atención para darlo a conocer. También tuve algunos nervios. Es un arte marcial novedoso y a la gente aún le cuesta ver que es un deporte, que hay reglas, unos árbitros y para nosotros, los luchadores, la cabeza es importante. A veces juega a favor y otras en contra, aunque una vez que ya estás allí te mentalizas.

—Me habla de la espectacularidad. Le gusta a usted ese ‘show americano’.

—A ver, a mi me cuesta un poquito lo de las redes sociales, el show y todo esto, pero al final creo que es necesario y más en un deporte nuevo. Poco a poco te tienes que ir haciendo a estos temas. Es el hermano pequeño de la MMA, pero las ubicaciones son muy impresionantes. Yo creo que es un deporte que está en crecimiento y que aún tiene mucho por desarrollar. Me imagino que en un par de años será algo muy conocido y bastante popular.

—En un país como España, con tanto arraigo de karate tradicional, ¿cree que funcionará?.

—La historia es esa. Aquí hay mucho karate tradicional y mucha gente va a ser reacia a aceptarlo porque no es lo mismo. Todos somos competidores de karate, pero las normas se han cambiado, hay contacto. Habrá detractores que digan que es una pelea callejera, que van medio desnudos y que no tiene nada que ver con el karate. Sin embargo, yo creo que a la gente que le gusten las artes marciales y los deportes de contacto, esto también les va a gustar. Es muy bonito y muy vistoso. Es un espectáculo muy bueno.

—Y usted, ¿cree que es karate o es otra cosa a parte?

—Para mí es una cosa a parte. Tiene karate, por su puesto. Ellos quieren conservar el arte marcial, el respeto, el honor, todas estas cosas que caracterizan al karate. Y también tiene parte de show.

—Y ahora que tiene este contrato. ¿Económicamente le ha cambiado la vida?

—Económicamente yo nunca voy a poder depende sólo del deporte. Yo tengo mis estudios y sigo formándome. Si ganas por KO y dando mucho espectáculo pues puedes llevarte unas sumas de dinero importantes, pero no somos futbolistas. Sí que te da para poder vivir un año, pero es eso, tienes que ganar, hacerlo muy bien e ir subiendo tu caché. Yo tengo muy claro que debo seguir formándome porque de esto no voy a vivir toda mi vida.

—Se podría decir que está viviendo o persiguiendo el sueño americano.

—Se podría decir que sí. No sólo por los combates. Creo que es un buen trampolín para mi vida laboral. Yo he estudiado Ciencias del Deporte y me gusta la gestión deportiva. A mí en un futuro me gustaría trabajar en gestión de eventos deportivos y claro estar metido en este mundo en un deporte que está en crecimiento, me parece algo que me puede beneficiar mucho en un futuro, sobre todo a nivel de aprendizaje.