Tras lesionarse, Diego Fernández tuvo que ser trasladado al hospital directamente desde el campo de Can Misses. El exyudoca Víctor Canseco, que está entrenando con el Ibiza Club de Rugby y ya había tanteado otro deporte como el balonmano en 2015, le ayudó a salir del terreno de juego. | Marcelo Sastre

Diego Fernández vivió el sábado la peor cara del deporte: la de las lesiones graves. El jugador del Ibiza Club de Rugby se rompió el tendón de Aquiles durante el choque contra el Shamrock mallorquín y tendrá que permanecer varios meses de baja, por lo que dice adiós a la presente temporada de la Liga Balear.

El pilier de origen granadino, que lleva toda la vida en la isla, tuvo que ser operado el mismo día del encuentro, el sábado. La lesión se produjo, tal y como él mismo indicó, «empujando en una melé». Por la tarde pasó por el quirófano y ahora deberá estar «dos meses quieto, sin andar, antes de iniciar la rehabilitación». «Para volver a caminar deben pasar tres o cuatro meses», afirmó.

«Noté dolor cuando me lesioné. Sentí que algo me había pasado. Cuando te tocas el talón y notas el hueco, la sensación es muy desagradable. Luego, en Urgencias, el doctor me dijo que intentara mover el pie o los dedos y no había manera. Es una sensación desagradable», explicó el jugador.

Dentro de lo malo, la buena noticia es que tiene «la suerte de tener las piernas fuertes». «Me dijo el doctor que eso me va a ayudar bastante para recuperarme. Cuando estás dos meses parado, si encima tienes poca musculatura pues la pierdes y te cuesta más», explicó.
Diego Fernández agradeció el apoyo y los mensajes de ánimo recibidos: «Vinieron todos a verme al hospital. Tuve el teléfono apagado durante la operación y, cuando lo encendí, me encontré muchísimas llamadas y mensajes».

El pilier lamentó que la lesión llegue justo cuando el equipo mejor está: «Todo apunta a que podemos ganar la liga, pero yo me despido de la temporada y no me queda otra que animar desde la grada en cuanto pueda. Nuestras opciones de ganar la liga están intactas. Les hemos ganado al Toro y al Ponent. Incluso el primer partido lo ganamos con 14 jugadores».

Sobre el cambio de entrenador –el equipo lo dirige este año Dave Michael Valentine–, dijo: «Es un tío que ha estado en las categorías inferiores del Harlequins. Es un regalo. Podía estar en cualquier equipo de División de Honor».