Cristina Ferrer posa después de un entrenamiento en el polideportivo de sa Pedrera. | Arguiñe Escandón

Cristina Ferrer García (Ibiza, 12 de abril de 1988) ha sido convocada por la selección española absoluta una vez más para participar en el Europeo de Bakú entre el 25 y 29 de este mes. La ibicenca sueña con conseguir medalla tanto en la modalidad individual como en la de equipos en el que será, tal y como ha asegurado ella misma, su último Campeonato de Europa.

—Supongo que contenta con la llamada, una vez más, de la selección española.
—Pues sí. Era lo que quería, así que estoy muy contenta.

—¿Tenía claro que iba a ser convocada por su currículum y buen hacer los últimos años o tenía algo de miedo por haber quedado este año subcampeona de España tras varios títulos consecutivos?
—Claro no lo tenía, pero es que claro no lo he tenido nunca. Es más, por haber quedado segunda lo tenía menos claro, pero confiaba en eso, en que tuvieran en cuenta mi currículum y toda la experiencia que tengo.

—En sus redes ha dicho que es su último Europeo. ¿Lo tiene claro?
—Sí, clarísimo. Eso es seguro.

—Eso suena a retirada prácticamente.
—Bueno, queda el Preolímpico, los Juegos en caso de que me clasificara y al Mundial no sé si llegaré, pero Europeo sí que es el último en que participaré.

—¿Qué tendría que pasar para que meditara esa decisión?
—Tengo ya una edad y el karate no me deja seguir con mi vida. No tengo un trabajo estable y no puedo comprar una casa porque no puedo mantener una hipoteca. Son cosas que te quita el deporte. Se trataba de una cosa o la otra.

—Qué bonito sería poner la guinda con una medalla, ¿no?
—Sí, claro. Sería más que bonito poder acabar con una o con dos, porque también participo por equipos.

—De hecho, también en sus redes dejaba entrever que quiere las dos.
—Por supuesto. En el equipo ha cambiado ahora una integrante, pero creo que el equipo es bueno para conseguir una medalla. Yo tengo experiencia y un bagaje.

—A nivel individual, ¿con qué opciones se ve en esta última cita continental?
—Yo me encuentro bien. No he tenido una buena racha en los últimos torneos internacionales, pero puede cambiar en el Europeo. Tengo mis posibilidades.

—¿El hecho de ser su último Campeonato de Europa le hace afrontarlo con más motivación?
—No. Sinceramente, no tiene que cambiar nada. Ya he hecho todo lo que he hecho y estoy orgullosa de mi trayectoria. Eso no me hace afrontarlo de manera diferente.

—¿Qué otras pruebas tiene en mente para este año?
—Está un poco en el aire por el coronavirus. Ahora tenía que estar en Madrid para ir a Rabat, pero han cancelado esta prueba, que era puntuable. El Europeo, en principio, se va a hacer a no ser que digan lo contrario, pero está en el aire qué va a pasar. Igual es a puerta cerrada como está pasando en otros deportes y ámbitos de la vida.

—¿Confía en que se haga o teme que se suspenda?
—Yo espero que se haga, porque, si no, lloraré mucho. Algunas medidas tomarán como la de hacerlo a puerta cerrada pienso yo. Espero que se haga porque, además, todo los continentes han hecho sus torneos continentales y falta Europa. También es una prueba puntuable en el ranking. Intentarán hacerlo.